En la ciudad de Buenos Aires reciben el subsidio para jefes y jefas de hogar desocupados 54.800 personas –en todo el país rondan el millón seiscientos–, de los cuales unos 20.000 realizan una contraprestación de servicios. Los beneficiarios se inscribieron en los CGP y el procesamiento de la información estuvo a cargo de la Secretaría de Desarrollo Económico. Si los datos se encuadraban dentro del programa eran enviados al Ministerio de Trabajo, encargado de habilitar a la Anses para realizar los pagos.
Quienes reciben los 150 lecops de subsidio deben hacer, como contraprestación, un trabajo comunitario durante un máximo de tres horas diarias, siempre y cuando los servicios sean solicitados por un organismo público, una asociación civil o una empresa. Es decir que si el beneficiario no es convocado para cumplir una tarea, no pierde el subsidio.
En la ciudad de Buenos Aires, la mayoría de los beneficiarios que trabajan están incorporados a programas de autoconstrucción de viviendas y a tareas comunitarias en comedores y otras instituciones sociales. Sólo ocho empresas demandaron servicios temporarios de trabajadores desempleados.
“Encontramos una cantidad importante de beneficiarios con alto nivel de formación educativa y capacitación laboral”, dijo a Página/12 el director de Empleo y Capacitación, Horacio Pérez. Así, además de seleccionar personas para dictar cursos en los CGP, se incorporó una persona a Mesa de Entradas del gobierno porteño para microfilmar expedientes, otros ingresaron a Rentas para hacer tareas de reempadronamiento de propiedades y otro grupo fue solicitado por el ETOSS para hacer el registro de beneficiario de la tarifa social del servicio de agua potable.