Escandalosa decisión la del ministro de Educación de Macri, Mariano Narodowski, al dar de baja a más de la mitad de las becas a los estudiantes de la escuela media de la ciudad. Estas becas están dirigidas a los sectores más vulnerables de la población e intentan fortalecer la escolarización de los adolescentes comprendidos en ellos.

Una de las razones fundamentales del abandono de la escolaridad por parte de niños, niñas y adolescentes son las condiciones socioeconómicas a las que se ven sometidas sus familias. La escolaridad es un derecho inalienable de todos los sujetos, y el Estado tiene la obligación de garantizarlo.

De un plumazo han hecho desaparecer treinta mil becas, y el caso más representativo es el que han sufrido los adolescentes incluidos en el marco del Programa Escuela de Reingreso, donde más de la mitad de los que asisten perdieron su cobertura. Esta política pública con la que contaba la ciudad desde hace varios años brinda un sistema de apoyo escolar y tutorías a los chicos/as, cobertura total de raciones alimentarias y, además, actividades opcionales: artes, actividad física y formación profesional. Todo diseñado para reingresar a esos adolescentes en la escuela. Por eso la totalidad de los asistentes en esa modalidad estaban becados por la Ciudad.

Otra muestra de la insensibilidad que empieza a mostrar la gestión Macri es la baja de sus becas a más de diez adolescentes madres que continúan sus estudios en diversas escuelas porteñas, para escapar de la exclusión y la pobreza, pero parece que la administración PRO se empeña en castigarlas al negarle sus becas.

Esta administración cuenta con un presupuesto que no ha tenido ninguna gestión anterior. La Legislatura le ha aprobado tres ampliaciones de fondos adicionales en menos de seis meses, por lo que no puede argumentar que no tiene los recursos necesarios para continuar y profundizar estas políticas públicas.

Se hace necesario sostener como sociedad y desde los lugares de decisión del gobierno la permanencia de niños, niñas y adolescente en la escuela y que encuentren en ella un lugar digno donde recuperar las posibilidades de inserción en otros ámbitos sociales. Como sociedad, se hece necesario mostrar las alternativas y acompañar a los niños, niñas y jóvenes en su recorrido formativo. Las becas forman parte de estas acciones que junto con otras conforman el andamiaje para intentar acciones que abran el círculo cerrado de la pobreza y el ingreso a un futuro posible. Lamentamos que el slogan de “Haciendo” de esta gestión signifique que sea para unos pocos.

* Consejero del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.