Se ha profundizado la larga crisis de la prevención del VIH/sida: ayer, en la Conferencia Internacional sobre Sida que se desarrolla en México, buena parte de los debates se dedicaron a esta cuestión. Sucede que, así como las mutaciones del virus son imprevisibles, también lo son las mutaciones de la epidemia y entonces “la infección puede incrementarse inesperadamente, como en Estados Unidos, puede resurgir como entre los gays de Europa y Australia, puede moverse a nuevas áreas, como en Asia o avanzar sin control, como en Africa”. En este marco llegan a plantearse intervenciones que pueden parecer desesperadas, como pruebas para administrar drogas antivirales a personas que hayan de tener relaciones de alto riesgo. En América latina, organizaciones de mujeres destacan la relación entre la violencia sexual y la infección y, en nuestro país, “las campañas de prevención siguen siendo esporádicas”, señaló una especialista argentina.

La posibilidad de usar drogas antirretrovirales como preventivo, antes de una relación sexual de riesgo, se plantea en el trabajo “Intervenciones biomédicas para prevenir la infección por VIH”, de Nancy Padian y otros autores –que la revista The Lancet publicó ayer con relación a la Conferencia de México–. La perspectiva –muy cuestionada en la conferencia– consistiría en “proveer drogas antirretrovirales, de uso oral o local, a individuos no infectados, antes de su exposición al VIH”. Cierto que esto dependería de que ese abordaje “llegara a probarse como seguro y efectivo”.

Pedro Cahn, presidente de la Sociedad Internacional de Sida, advirtió que esa perspectiva “no puede en absoluto recomendarse, ya que apenas hay en curso algunos estudios, que a su vez plantean cuestiones éticas: los investigadores deberían alentar que los sujetos de estudio usen preservativo en lugar de exponerse a riesgos”. En caso de que el método fuese aceptable, “eventualmente podría servir para mujeres que no pudieran acordar con su partenaire el uso de preservativo”..

En cuanto a la protección de las mujeres, Mary Robinson, representante de la ONG Oxfam, convalidó el uso de preservativos femeninos, bajo la consigna “Si tú no usas tu condón, yo usaré el mío”. La activista Gladys Chgiwme denunció “la falta de disponibilidad del condón femenino, que atribuyó “a la falta de financiamiento y voluntad política”.

Se advirtió también en la conferencia sobre la extensión de la epidemia entre hombres que tienen sexo con hombres (HSH): en América latina, según las Naciones Unidas, el 16 por ciento de esta población tendría el virus. Y, según la misma fuente, de 128 países con datos, sólo en diez los HSH tienen acceso a programas de prevención. “La homofobia alimenta la expansión del VIH en distintos países”, advirtió Craig McClure, director de la Sociedad Internacional de Sida.

Es el primero de estos encuentros que se efectúa en un país de América latina, lo cual “sirve para que la situación del subcontinente se haga más visible –observó la argentina Mariana Vázquez, directora de prevención de Fundación Huésped–. En esta conferencia, como nunca antes, hay movilizaciones de organizaciones juveniles y de la comunidad gay, y marchas de mujeres para plantear la problemática de la trasmisión de VIH asociada a la violencia sexual”.

En la Argentina –recordó Vázquez–, “las campañas siguen siendo esporádicas: una vez cada tanto se le dice a la gente que use preservativo, y ni siquiera se le dice que puede retirarlo gratuitamente en lugares públicos”.

En términos globales, una investigación dirigida por Peter Piot –director de Onusida– advirtió que “la epidemia puede rebrotar, como sucede entre los gays en Europa occidental y Australia, o su incidencia puede ser mayor que la esperada, como en Estados Unidos; puede moverse a nuevas áreas, como en muchas de las ciudades de Asia o entre usuarios de drogas inyectables, donde las drogas sintéticas preparan una expansión más amplia por vía sexual”; el 85 por ciento de los contagios se da por vía sexual y “cuando la epidemia avanza, una proporción más alta de las infecciones se produce en el marco de las relaciones estables”.