“La opinión popular de que debería existir una excepción para el caso de violación debería hacer visible que no sólo se trata de la vida de la persona por nacer sino también de juicios sobre la conducta de la mujer. Si sólo se tratara de juicios sobre la persona por nacer, ¿por qué debería importar preguntarse si una mujer ha consentido tener sexo? Si caemos en la cuenta de esto, esa visión extendida se vuelve inexplicable. Esto trae a la discusión el punto anterior: frecuentemente hay involucrados ciertos juicios sobre las mujeres y su vida sexual. No es que no piense que debería existir una excepción para los casos de violación; pienso que el consentimiento de las mujeres importa no sólo al consentir tener sexo sino también al consentir ser madres. Y que deberían tener una oportunidad efectiva para poner fin a un embarazo porque a veces la anticoncepción falla, o las circunstancias de la vida fallan, y de hecho, si no han verdaderamente consentido ser madres, se trata de simple coerción. Esto es, realmente, castigar a las mujeres que tienen sexo, pero que no quieren convertirse en madres.”