Sobre 258 causas en todo el país, apenas catorce derivaron en sentencias. Por estos días hay tres juicios en curso. Hay 44 causas ya elevadas que esperan su turno en tribunales federales. Las otras 197, que equivalen al 77 por ciento, están aún en etapa de instrucción. En el camino murieron impunes 201 represores, el 16 por ciento de los imputados. Según los exhaustivos registros del CELS, al ritmo de sentencias de 2008, que concluyó con 30 condenados y dos absueltos, los juicios por crímenes de lesa humanidad se prolongarán hasta el 2025. “La lentitud es alarmante, intolerable”, destacó el director del organismo, Gastón Chillier.

El informe destaca la labor de la Unidad Fiscal de la Procuración General de la Nación. Como “contracara”, entre los actores judiciales, señala el fallo “Patti” de la Corte Suprema de Justicia, que invalidó la decisión de la Cámara de Diputados de impedir el acceso del represor a su banca, y la “falta de voluntad política” del máximo tribunal “para intervenir activamente ante la desidia de algunos magistrados”. Chillier recordó que la única intervención de la Unidad de Asistencia de la Corte Suprema creada en 2007 fue la acordada sobre publicidad, que después burló el Tribunal Oral Federal Nº 5, y celebró la conformación de la Comisión para la Coordinación y Agilización de causas por Delitos de Lesa Humanidad en el ámbito de la Corte, que integran los cuatro poderes del Estado.