–¿Cuál fue su argumentación legal para pedir la absolución de Grassi?

–Fundamentalmente la falsedad de las denuncias. El largo proceso fue afirmando la inocencia del padre Grassi y la confirmación de sus dichos. La acusación se basó solamente en teorías periciales que no se vieron acompañadas por ninguna prueba.

–Si no había motivo para denunciarlo, ¿por qué lo hicieron?

–No sabemos por qué. Sólo sabemos que pasó. Hubo una serie de coincidencias, por decirlo de alguna manera suave, entre varios factores mentirosos que conformaron esta acusación. Hubo situaciones denunciadas que no sólo no sucedieron sino que son de imposible acaecimiento. Pusieron los hechos en una fecha donde era imposible, nombraron a personas que no estaban en la institución, nombraron circunstancias que no existían en ese momento. El informe televisivo habló de una pericia psicológica que jamás se hizo. Por la actuación judicial del primer juez y de la primera fiscal, por un montón de cosas se ha comprobado que las denuncias son falsas.

–Ustedes hablaron de una confabulación de Susana Giménez, Rodolfo Galimberti, la televisión, los abogados querellantes, la propia Justicia. ¿Cómo fue que ocurrió semejante confabulación?

–A ustedes les contaron y debe haber sido el abogado (Juan Pablo) Gallego, que nosotros hablamos de confabulación televisiva y judicial. Nosotros no hablamos de confabulación. Se produjeron factores absolutamente objetivos y que están acreditados, que conformaron la falsedad de la denuncia. De complot televisivo y de la Justicia habló Gallego, poniéndolo en boca nuestra. Lo dice porque hay una teoría psicológica que dice que el abusador ve complots. Quieren hacer coincidir lo que supuestamente se dijo con la teoría psicológica de Gallego. Es todo muy burdo y elemental.

–¿Cree que la Fiscalía pidió 30 años y también se basó en falsedades?

–No, nosotros pensamos que ha hecho una valoración probatoria que tiene todo el derecho de hacer. La acusación es descontextualizada, falta apoyo fáctico. No analizaron la prueba, vinieron con un preconcepto, buscaron el contenido y no lo encontraron. Pero que haya pedido el fiscal 30, 40 o 50 años no modifica la posibilidad de una absolución. Ayer nomás fueron absueltos cuatro policías que tenían pedido de perpetua. Nosotros veremos, en nuestro caso, si la acusación es acertada o no. Hay una persona que acusa y otra que defiende, y un tribunal imparcial que juzga. No juzga ni la prensa, ni el abogado Gallego, ni el fiscal, ni la defensa. Hay condenas judiciales y condena mediática. La condena mediática ya fue, ya le bajaron a Grassi el martillo. Ya le dicen “el abusador serial”.

–¿Y qué piensa su defendido?

–El padre Grassi está esperando muy ansiosamente el final de todo este calvario, muy confiado. Ha visto lo que ha sucedido durante el juicio y está muy pendiente de su sentencia. Por supuesto, está consciente de la gravedad de la situación, pero con mucha fe.