La Justicia bonaerense investiga las muertes de una embarazada de 29 años y de su bebé –que nació prematuro– presuntamente ocasionadas por un diagnóstico tardío de gripe de tipo A (H1N1) en la localidad de San Miguel. Según la denuncia, presentada ante la fiscalía de Pilar, la mujer ingresó el 17 de junio último en la clínica Bessone con síntomas similares a los de la nueva influenza, pero se le recetó Ibuprofeno. Cuarenta y ocho horas más tarde y como la paciente no mejoraba, su marido la llevó al sanatorio Austral, donde tras nebulizarla fue enviada a su casa.

Al día siguiente regresó al sanatorio y una obstetra le prescribió otro medicamento y nuevamente volvió a su domicilio. A las pocas horas y como su salud empeoró, regresó a la clínica Austral, donde le diagnosticaron gripe A y la internaron en terapia intensiva. El 24 de junio último, los médicos le explicaron al esposo de la paciente que debían inyectarle una medicación muy potente que podía afectar al bebé, por lo que propusieron adelantar el parto.

De todas maneras, el niño murió pocas horas más tarde y su madre falleció dos días después. Otra hija de la pareja también con gripe A recibió la medicación Tamiflu en el hospital público de General Pacheco y recobró rápidamente la salud.