“No soy ni narco ni terrorista, soy un laburante”, dijo alguna vez Mario Segovia, quien se jacta de ser “el rey del trabajo”. El acusado fue arrestado el 23 de noviembre pasado en el aeroparque Jorge Newbery, cuando estaba por embarcar junto a su primo rumbo a Misiones. Entonces, como ahora, se sospechaba de su fortuna. Cuando la policía allanó su casa secuestraron 275 mil euros, 70 mil dólares, 18 armas de fuego, 6 lingotes de oro que pesaban en total más de tres kilos y cuatro vehículos de lujo: dos Hammer, una Land Rover y un Rolls Royce. Vale recordar que en los ’90 Segovia vendía celulares, luego importó explosivos y CD truchos y terminó usando la identidad de un preso para comprar cinco toneladas de efedrina. El hombre aún no convence a la Justicia sobre el origen de su fortuna, aunque aseguró a una radio rosarina que es producto de la “buena suerte”.