La primera playa gay argentina ya fue inaugurada, pero la polémica sigue. Ante la presión de algunos sectores locales, que dicen pelear por la consabida moral y las buenas costumbres, la Municipalidad de General Pueyrredón realizará hoy inspecciones para constatar que el balneario Calú Beach tenga todos los papeles que exige la normativa estatal. Como parte de la polémica, la concejal por Acción Marplatense Inés Vera presentó un proyecto de ley para impedir la apertura de Calú Beach, en tanto ayer reclamó que se investigue si el lugar tiene “todos los certificados para ser habilitado”. Y agregó que es una “obligación del Estado municipal velar y garantizar la moral y el orden público, ejerciendo el poder de policía en caso de que esto no se cumpla”. Por su parte, la propietaria, Claudia Acerbi, aseguró que posee todos los papeles necesarios para la habilitación del lugar y desmintió la versión difundida de que en su playa habría instalaciones para que los clientes puedan tener relaciones sexuales allí. El complejo fue inaugurado anteanoche, pero aún no está terminado. Mientras funcionarios de la municipalidad se aprestan a efectivizar las inspecciones requeridas, el titular del Ente Municipal de Turismo de Mar del Plata, Carlos Patrani, manifestó su apoyo a la iniciativa: “Es un emprendimiento positivo para la ciudad porque atraerá nuevos turistas argentinos y extranjeros”, señaló.