–Usted también trabaja por los emigrados españoles, ¿cómo está compuesta en Argentina hoy la colectividad?

–Hay una colectividad española enorme, una que es mayor, histórica, con instituciones como el Club Español, el Centro Gallego y los hospitales, hay más de 500 asociaciones de españoles en Argentina. También hay exilio de la España franquista. Hay gente que vino a trabajar, hay gente a la que le fue bien y otra mal. Hay descendientes, estamos viendo cuál es el vínculo, ya no es el de la nostalgia de la inmigración, ellos pretenden estudiar, tienen relaciones comerciales con empresas. Y hay nueva inmigración.

–¿Que tiene que ver con la crisis?

–No. Es gente que se va porque quiere irse, porque le gusta. Hay gente que viene por razones profesionales, que ejercen profesiones liberales o porque se casaron. Es un tipo de inmigración no forzada, que es la que nos gusta. Que la gente viva donde quiera porque le apetece. Es una cantidad notable. Universitarios, profesores, gente que va y viene, que hace temporadas aquí y en España.

–¿Cómo influye el mal momento económico en el retorno de inmigrantes a sus países?

–Nos consta que está pasando por la gente que se acoge a programas de retorno asistido, que los puso en marcha el gobierno español a petición de esas personas. Uno simplemente ayuda o financia el ciento por ciento el viaje de salida de mucha gente que quedó en situación de desempleo, que si son cuatro o cinco, una familia, no es tan fácil conseguir el dinero. Y hay otro programa que pretende vincularse en algunos casos a proyectos de desarrollo fuera de España, que permite que la gente que cae en el desempleo capitalice el subsidio. En vez de cobrar el seguro de desempleo que en España existe, es universal y que dependiendo de la antigüedad puede durar 12, 18 meses o más, lo pueden capitalizar un 20 por ciento para pagar la salida y el resto cuando llegan al país de origen para que lo inviertan en proyectos productivos.

–¿Hay datos sobre los argentinos que retornan?

–No hay un dato específico, pero la mayoría de los que vuelven son latinoamericanos y sumados todos, los que nos consta que salieron en vuelos comerciales sin pasaje de vuelta son casi 40 mil personas desde el 2009.