En la escuela de Juncal y Basavilbaso, en el barrio de Retiro, esperaban con ansiedad el lunes último la llegada de los técnicos que hicieran la conexión de gas. No es que el edificio haya quedado excluido del plan de obras en escuelas porteñas: en enero, una empresa contratista subió el contenido de dos camiones y medio de tierra a la terraza del edificio, de tres plantas. ¿Para qué? Sobre el hormigón se construyó un jardín, con césped y plantas, que ocupa casi la mitad de la azotea, unos 200 metros cuadrados de verde que pueden verse desde algunos de los edificios vecinos.

Se trata de una obra que sólo puede ser advertida por el vecindario, desde pisos superiores: en la misma escuela, los maestros del turno vespertino la desconocían y tampoco está claro si la terraza, tapizada por una membrana impermeable, es un lugar de acceso fácil y seguro para niños y docentes.

Voceros del gobierno porteño explicaron que el jardín es parte del proyecto que el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, bautizó como “La conquista del desierto urbano”. Lo hizo en septiembre del año pasado, cuando se presentó el primero de la serie, en el CGPC 2 de Recoleta, en Uriburu al 1000. El modelo de la terraza verde ha sido importado por el macrismo de experiencias en grandes ciudades como Tokio, Chicago y Toronto. El negocio de su construcción, en Buenos Aires, no parece despreciable: cuesta unos 1000 pesos el metro cuadrado.

La escuela en cuestión es la Nº 6 del Distrito Escolar 1, French y Beruti. Está ubicada en Juncal al 700, en el barrio de Retiro, a menos de cien metros de la Plaza San Martín. En los turnos mañana y tarde funciona una escuela primaria con doble escolaridad y un jardín de infantes, mientras que a la noche hay una escuela para adultos.

En todo el perímetro del edificio no hay un solo cartel que indique de qué se trata la obra, quién la dirige ni cuál es su presupuesto. El único indicio del trabajo fueron los camiones que trajeron la tierra y los operarios que la acarrearon hasta la azotea y plantaron allí los panes de césped, bajo el sol de enero.