SOCIEDAD
• SUBNOTA › LA MADRE DE UNA VICTIMA DESCRIBE AL IMPUTADO
“Como estar frente al diablo”
Una ex jornalera de la finca tabacalera de Simón Hoyos que todavía vive aterrorizada por el recuerdo de su antiguo patrón también se animó a hablar y contó que años atrás tuvo que huir de aquel lugar por el acoso sexual que sufrió su hija adolescente de parte del abogado. La mujer contó además que en la calera de Hoyos, ubicada en la localidad de Olacapato, en la zona de La Puna, “hay varios desaparecidos”. “Ese no era un rumor, era verdad”, aseguró Inocencia Segovia, entrevistada por el diario El Tribuno, de Salta.
Segovia recordó que su hija, que hoy tiene 16 años, iba a séptimo grado en la escuela de La Falda, en Cerrillos, cuando cayó en la mira de Hoyos. Después de conocer el caso que llevó al abogado a la cárcel, la mujer supone que, además de ser acosada, la niña habría sido violada por su patrón. “Yo estaba con el tabaco casi todo el día y ella estaba solita en la casa con la otra guagua. Según me contó mi hija, llegó el doctor en la camioneta, la hizo salir y le dijo que venía a ver las goteras del rancho. Entonces se metió con ella en la pieza y allí le empezó a prometer que le iba a comprar ropa y que toda la familia iba a empezar a prosperar, que ella tenía que ser buena con él. Mi hija me lo contó llorando, casi desesperada de terror, tres horas después que el doctor se había retirado de allí.
–¿La violó? –le preguntó el periodista.
–Ella dijo que no. Que la tomó por la fuerza pero no llegó a hacerle daño. Yo ¿qué podía hacer? Se lo conté a mis compañeros de trabajo, todos sabían pero nadie salió en mi defensa. Era mi palabra contra la del doctor. Entonces lo consulté al capataz y éste me respondió: “Tené cuidado, el doctor es muy poderoso. Está mal que haga eso, pero es el patrón”. Yo quedé aterrorizada y mi nena cada vez que oía la camioneta se echaba a correr al monte o me buscaba en los surcos. Yo no sé. Nunca se lo pregunté del todo, hice la vista para otro lado, pero ahora sé que esa vez abusaron de mi niña. Lo presentí entonces, pero no tuve fuerzas para enfrentarlo.
Inocencia contó que dejó la finca San Clemente “porque el doctor empezó a ponerse fiero conmigo. Es que ya le habían avisado que yo lo estaba por denunciar”. Ahora vive en otra finca de Cerrillos, pero todavía le teme a Hoyos. “El miedo que yo le tengo es verdadero. Siento que estuviera frente al diablo, no lo puedo enfrentar.” Dice que en aquel momento nadie la amenazó directamente para que guardara silencio, “pero el capataz me inculcaba que los que jodían mucho terminaban en el horno de la calera. Yo temorizo hasta hoy, porque ése no era rumor, era verdad. Porque hay varios desaparecidos allí. Yo lo escuché no de una boca. Era del conocimiento de muchos”.
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