SOCIEDAD
• SUBNOTA › LA CRISIS RELATADA POR UN MEDICO DE HONG KONG
“Tenemos un asesino invisible”
“La semana pareció empezar como cualquier otra. En retrospectiva, sin embargo, recuerdo que el lunes noté que uno de los cirujanos se veía mal. Finalmente lo convencimos de irse a su casa a descansar. Los rumores empezaron el martes durante nuestra reunión matinal. Una sala había sido puesta en cuarentena. Al equipo médico y a los pacientes los habían recluido tras puertas seguras. Los rumores crecieron cuando pasamos la guardia y vimos a un ansioso reportero que hablaba con un presunto familiar, quien llevaba una máscara. En las siguientes 48 horas los rumores explotaron: algo estaba pasando.” Así relató ante la BBC el profesor Andrew Burd, un cirujano de Hong Kong, los comienzos de esta extraña epidemia en la que él está “en el frente de batalla”.
Según el médico, los rumores relacionaban los sucesos con “la extraña neumonía que había afectado a 300 personas y matado a cinco en Guangzhou, China”, o al caso “del empresario norteamericano que había sido evacuado de Hanoi a una unidad especial en Hong Kong”. Pero sin duda “algo muy extraño estaba sucediendo en Asia y ahora estaba en nuestro umbral”.
“El jueves por la mañana –recordó– tuvimos la primera evidencia de que todos estábamos en la línea del frente: al llegar en la mañana nos dieron máscaras y nos pidieron que las usáramos. No eran máscaras quirúrgicas ordinarias, sino las que envuelven la cara. Nos sentimos un poco incómodos y bromeamos sobre la existencia de un polvo extraterrestre.”
Esa misma tarde, cuenta Burd, “nuestra clínica para pacientes externos estuvo inusualmente tranquila. Muchos pacientes no se presentaron para sus controles y los que lo hicieron fueron recibidos por médicos que llevaban las máscaras verdes”.
Para el viernes era evidente que “había un bloqueo total de noticias de Guangzhou, lo que desgraciadamente daba pie a una febril imaginación y especulaciones sobre virus que mutaban, un “sida transmisible por aire” y experimentos que habían salido mal. La posibilidad de un virus que mutaba naturalmente parecía la más probable”.
Ahora, explica el médico, “el número de pacientes en Hong Kong sigue creciendo, más hospitales se ven afectados y hubo muertes entre gente que no viajó. Se están cancelando operaciones, se vacían salas anticipando un aumento del flujo de ingresos, se reubica a los equipos médicos hacia salas de emergencia. Ahora sabemos que los dos colegas nuestros en peores condiciones habían ido a ver pacientes en consulta”.
“Un grupo de estudiantes de medicina también están internados. Además, hay enfermeras de la sala entre las víctimas. Ahora ya se contabilizan unos 60 casos y 40 de ellos son integrantes del equipo médico. La gente ya no hace bromas sobre las máscaras”.
“Tenemos colegas que están luchando por sus vidas. Tenemos un asesino invisible entre nosotros. Somos profesionales y tenemos un trabajo que hacer. Ahora, cuando estoy sentado en casa con mi hijo pequeño dormido y mi mujer a mi lado, me pregunto qué traerá mañana. Estamos en guerra, pero nuestro enemigo no tiene cara ni identidad.”
“La realidad eclipsa fácilmente la pesadilla de Bush y Saddam. Por el momento, Irak no es un tema en Hong Kong.”
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