En un comunicado de prensa, el Ministerio de Salud de Entre Ríos se refirió al caso de Mónica, luego de que, desde el Conders, pusieran en conocimiento de su dramática historia a la titular del Programa de Salud Sexual y Reproductiva de la provincia, Mónica Fassoni. “El director y el secretario técnico del Hospital Materno Infantil San Roque, Hugo Cati y Javier Garberi, informaron sobre la derivación de una paciente con un embarazo de riesgo hacia el Hospital Posadas”, en Buenos Aires, dice el comunicado. La versión del ministerio no coincide con la que dio la paciente al Consorcio Nacional por los Derechos Sexuales y Reproductivos (Conders), que se acercó a ella para conocer su estado de salud.

“Según el parte médico, los profesionales comunicaron que en una primera instancia la paciente presenta un cuadro de cardiopatía congénita de adulto e insuficiencia cardíaca había solicitado la interrupción voluntaria del embarazo de riesgo, razón por la cual, y ante las complicaciones con las cuales se venía sosteniendo esta gestación, se decidió realizar la intervención.”

“No obstante –explicaron los médicos–, la paciente desistió de dar continuidad con la interrupción del embarazo que antes había solicitado. Ante esta situación se dispuso la derivación a un centro de alta complejidad como es el Hospital Posadas de Buenos Aires.”

Mónica dice que ella nunca cambió de opinión, que nadie le explicó por qué no se lo hicieron, que la mandaron a Buenos Aires sin preguntarle nada, que no sabe de dónde salió ese hombre que irrumpió en la sala de internación a los gritos y que impidió la intervención.