SOCIEDAD
• SUBNOTA › ¿POR QUE ELOY ROY?
El Jesús que fue profeta
› Por Luis Bruschtein
Cuando regresó a Tilcara después de diez años, lo recibieron como a un héroe. La gente esperó en la entrada del pueblo el ómnibus que lo traía y quienes en su momento lo atacaron se acercaron para pedirle perdón. El cura no había atacado a nadie, había sido expulsado simplemente por un gesto, que además era compartido en ese momento por la mayoría de los argentinos.
En diez años pasó mucha agua bajo el puente. Son hechos del pasado y los más jóvenes apenas recuerdan lo que pasó. Están los que le tiraron piedras cuando puso el pañuelo de las Madres de Plaza de Mayo a la Virgen Dolorosa en la procesión de Semana Santa y está la gran mayoría que lo defendió. Pero los que tiraron piedras, que también habían sido afectados por la concientización de los pobladores de los cerros, explotados por esa gente del centro, fueron escuchados por las autoridades eclesiásticas y los otros no.
Después de diez años se puede hacer un balance sobre cuál de los dos gestos fue el correcto: el de Eloy Roy o el de las autoridades eclesiásticas que lo expulsaron. Y la respuesta es tan evidente, incluso para la actual cúpula de la Iglesia, que resulta útil para evitar otra situación que ahora aparece tan vergonzosa.
El padre Eloy, como lo llaman en Tilcara, está retirado en la antigua sede de su congregación, en Quebec, que ahora funciona como residencia para ancianos. No está tan en contacto con la realidad argentina y sin embargo reflexiona sobre la actualidad de la Iglesia a partir de una herida abierta que todavía le produce dolor y un profundo conflicto como cristiano y como hombre formado en la Iglesia Católica. “Todo lo que hicimos, todo nuestro trabajo, fue un trabajo de Iglesia, estuvo inspirado en lo mejor del episcopado latinoamericano”, afirma. Al mismo tiempo, no oculta su desaliento porque “todo eso fue sepultado”. “Se habla de Jesúscomo pastor –dice– y se olvidan del profeta, del que cuestionó y se comprometió.”
Nota madre
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