A los gobiernos que integran la coalición que invadió Irak les interesa destacar la “acción humanitaria” de sus ejércitos, con atención sanitaria y distribución de alimentos. En el gobierno de los Estados Unidos, incluso, se entabló una disputa entre el Pentágono y el Departamento de Estado por el control de lo que ellos definen como “acción humanitaria”. Cuando los mismos soldados que invadieron un país son los que distribuyen alimentos o remedios, resulta evidente que, más que acción humanitaria, lo que están desarrollando es acción psicológica o acción política.
Rafael Sotoca, de Médicos Sin Fronteras, critica el uso del término “acción humanitaria” como lo están utilizando los medios, porque distorsiona la verdadera acción humanitaria, que es neutral e independiente de los factores en conflicto. Médicos Sin Fronteras decidió enviar a Bagdad a su presidente, quien se encuentra en un hospital de la capital iraquí bajo el intenso bombardeo.
Sotoca señala que no se puede confundir de manera interesada la acción logística de cualquier ejército con la acción humanitaria que desarrollan organizaciones como la suya, porque de esa manera se atenta contra la única posibilidad de realizarlas. Sotoca señala además que la función de Médicos Sin Fronteras no es sólo llevar asistencia médica, sino también dar testimonio de los genocidios, las violaciones a los derechos humanos y en general de las situaciones y problemas en los que debe socorrer.