SOCIEDAD
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Combatiendo al “Aedes”
› Por Pedro Lipcovich
Ese platito con agua debajo de la maceta... Ese florero en el cementerio...: el mosquito Aedes Aegypti prospera, no en malolientes estanques sino en aguas inocentes. Por eso, “la responsabilidad de su erradicación se da en varios niveles –precisa el especialista de la UBA, Nicolás Schweigman–. El Estado y los municipios deben evitar depósitos de chatarra y todo lugar donde pueda juntarse agua. Por ejemplo, los floreros de los cementerios, que en vez de agua debieran tener arena húmeda”.
La responsabilidad también es de cada habitante: “Evitar recipientes como el platito portamaceta o los frascos con plantas o el tanque domiciliario mal tapado”, enumeró el especialista, y señaló otro nivel de responsabilidad: “Las entidades barriales deben encarar el problema de los baldíos, donde el agua acumulada en los residuos funciona como criadero”.
En caso de que los Aedes Aegypti de zonas templadas, como Buenos Aires, lleguen a contaminarse con el virus del dengue, la transmisión debiera cortarse en invierno, cuando los mosquitos desaparecen, “pero en Brasil y las Guayanas se detectó transmisión vertical: en muy bajas proporciones el virus puede permanecer hasta el año siguiente en los huevos del Aedes; pero para que esto pase tiene que haber mucho virus circulando, y faltan algunos años para que así suceda en la Argentina”, agregó Schweigman.
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