En el blog masacreenelpabellonseptimo.wordpress.com, Claudia Cesaroni responde a lo que parece haber sido una pregunta de curiosidad algo cholula pero curiosidad al fin (interpretación de este cronista y no de la autora) y que la movió a responder una vez y para siempre, habida cuenta de que eran infinitos los mensajes preguntando lo mismo: “¿El Indio sabía que ibas al recital?”, o “¿desde cuándo lo conocés al Indio?”, también “¿me pasás el teléfono del Indio?” y otros interrogantes del estilo.

La autora dice en el blog que “Yo aclaro una y otra vez que no conozco personalmente al Indio, que ni siquiera soy una fanática ricotera (aunque tengo ¡casettes! de Los Redondos, y que fui por primera vez a una “misa” a mis 50, este 14 de setiembre gélido en el Autódromo de San Martín, Mendoza”.

“Nuestra ‘relación con el Indio’ –aclara Cesaroni casi en el tono farandulesco que obligan las preguntas– comenzó el 12 de junio de 2012. Una de las integrantes de la investigación, Denis Feldman, consiguió la dirección de correo electrónico de Julio Sáez, representante del Indio, y le contó en un correo entusiasta que estábamos trabajando en el tema.” En la nota, Denise Feldman le dice a Sáez que “sería para nosotros muy importante contar con el testimonio del Indio Solari que sabemos tenía un amigo detenido allí y falleció por este hecho”. La respuesta no se hizo esperar. Tres días después Sáez agradecía el contacto, daba autorización para el uso del tema “Pabellón Séptimo” y daba el nombre del amigo del Indio fallecido en la masacre: Luis María Canosa.