SOCIEDAD
• SUBNOTA › EN LA CASA DE MORENO DONDE ESTABAN LOS CAUTIVOS
Coches caros y música fuerte
› Por Carlos Rodríguez
Más que un garaje, el edificio, rectangular y sombrío, tiene el aspecto de un galpón abandonado. A los vecinos cercanos, lo único que les llamó la atención, en los últimos 40 días, fue la música que por momentos estaba “a todo volumen”. Los que viven a tres o cuatro cuadras del lugar donde estuvieron cautivos Rubén Astrada y el empresario Juan Carlos Cirielli –habrían compartido el único, mísero ambiente durante una semana– aportaron que en los últimos tiempos les sorprendió ver coches caros, un Ford Mondeo y un Peugeot último modelo, y gente bien vestida, con traje, corbata y celular, algo poco frecuente en el barrio Victoria de Moreno, de casas humildes. En la vivienda fueron detenidos los hermanos Carlos y Fernando Vera, de 33 y 37 años, quienes habrían tenido la misión de custodiar a los secuestrados, según evaluó la policía. María Rubio, esposa de Carlos Vera, sostuvo que su marido “no tiene nada que ver” y que el día de la detención había ido “a tomar mate con su hermano Fernando”, respecto de quien la mujer no quiso arriesgar una defensa similar.
El lugar que alguna vez fue apto para guardar vehículos está en los fondos de la vivienda principal y tiene un portón independiente. En el interior de la habitación de ladrillo hueco, revocado parcialmente, hay dos camas, una de dos plazas y otra chica, una cocina en funcionamiento y un inodoro ubicado en un rincón, detrás de un biombo. En un tacho encontraron varios pares de guantes de látex que habrían sido usados por los secuestradores para no dejar huellas y precintos con los que habrían maniatado a las víctimas. Cirielli habría pasado allí 40 días y Astrada buena parte de los 26 que estuvo lejos de su familia.
El garaje está en la calle Paraguay al 6400, en el cruce con Hugues, a unas 20 cuadras de la esquina de Victorica y José Mármol, donde fue liberada a principios de mayo Florencia Macri. El único aporte a la inocencia fue el hallazgo, en una caja, de algunos juguetes, cuadernos de la primaria y un patín. Los vidrios de la única ventana que tiene el ambiente están tapados con bolsas de plástico de color oscuro. “Mi esposo es inocente, no tiene nada que ver; nosotros no vivimos acá y él había venido a tomar mate con su hermano Fernando.”
María Rubio, la mujer de Carlos Vera, uno de los detenidos, aseguró incluso que su esposo había venido a saludarlo el martes “porque hacía varios días que no lo veía”. La mujer insistió en que a su marido “lo cazaron acá adentro (se refiere al garaje) tomando mate con su hermano”. Según ella, con su pareja tienen “una vida normal” y nunca pasaban “a la casa del fondo (se refiere al garaje) porque estaba alquilada”. Sobre los inquilinos dijo que no los conoce y que se trata de “un matrimonio”. Cuando se le preguntó si piensa que su cuñado Fernando es también inocente, respondió: “De él no puedo decir nada porque no sé el movimiento de su familia y de su casa. No he visto a Fernando en los últimos tiempos y sólo sé que la esposa está de vacaciones en Tucumán”. Sobre los 40 días que habría pasado en el lugar el empresario Cirielli, se limitó a decir que durante todo ese tiempo no vio “ninguna cosa anormal”. Según ella, con su marido “nunca pasábamos al fondo y los chicos de Fernando estaban acá (se refiere al edificio principal) y tampoco sé si iban para el fondo”, donde está el garaje.
“Yo no pongo las manos en el fuego por mi cuñado porque él vivía ahí y algo tendría que haber visto o sabido. Nunca me fijé si había cambiado, si tenía ropa nueva o no.” Ricardo Vera, hermano de los dos detenidos, sostuvo que Fernando “es remisero” y que Carlos “se las rebusca como cartonero”. Según Ricardo, “ninguno de los dos es un delincuente”.
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