SOCIEDAD • SUBNOTA › LOS PRODUCTORES QUE YA SE PREPARAN
La plantación doméstica de cannabis tendrá un crecimiento “exponencial” en Uruguay a partir de la aprobación de la ley que regula y hace legal la compraventa y producción de marihuana en el país, consideraron varios cultivadores. En el país, donde el consumo no es penalizado desde hace cuarenta años, muchos consumidores ya han apostado por las plantaciones domésticas de marihuana para su uso personal, para los que la nueva ley creará, desde el primer instante, un terreno más fértil. “Con la nueva ley se triplicará el número de cultivadores”, afirmó Juan Guano, fundador del primer growshop de Uruguay, un establecimiento que vende todo tipo de productos destinados al cultivo de cannabis, excepto las semillas de la planta. Los aficionados a la “cannabicultura” aseguran que con la ley florecerán “los cultivos propios o en clubes que permiten producir marihuana barata y de buena calidad”, pronosticó Guano.
Uno de los efectos inmediatos que tendrá la nueva norma es que los cultivos de marihuana que ya existen contarán con un respaldo legal, al igual que sus propietarios. “Dejaremos de temer las denuncias, los arrestos y los registros”, subrayó Alvaro Calistro, custodio de una plantación colectiva de marihuana en un barrio periférico de Montevideo.
Calistro relató que hace poco más de un año un narcotraficante de la zona denunció la existencia de la plantación porque veía en ella “un peligro” para sus intereses, lo que implicó un registro policial, la incautación de las plantas y la detención del propietario, que fue liberado tras prestar declaración. “Les expliqué que en mi casa tengo una plantación de yuyos medicinales, entre ellos la marihuana, y que los consumo con un grupo de amigos que funciona como cooperativa agrícola.”
Buena parte del patio trasero de su vivienda está ocupado por grandes plantas de marihuana, que también cultiva en un espacio interior, junto al taller en el que fabrica joyas artesanales. Además de ocuparse del cultivo ecológico, Calistro es también un criador o breeder, como se llama a las personas que experimentan para crear cruces genéticos entre diversas variedades de cannabis.
“A esta variedad la llamo charrúa, como los indígenas del Uruguay, porque se adapta muy bien a la tierra y al clima. Es una planta que tiene un ‘pegue’ más suave, que te permite trabajar. En cambio, hay otras que son más fuertes, y que podrían usarse con fines medicinales, por ejemplo como analgésico para los dolores crónicos”, explicó. Calistro espera la regulación del cultivo de la marihuana para fundar una Federación de Cultivadores de Cannabis y defiende un consumo responsable de sustancias.
“Trabajo y tengo hijos. No voy a fumarme algo que me deje tirado durante horas. Cuando trabajo, fumar algo suave me ayuda a ser creativo, a relajarme y centrarme en una sola cosa, en lugar de tener la mente llena de otras ideas”, concluyó.
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