“Para la persona que ha sufrido muerte súbita, hay todavía dos instrumentos de salvación: la resucitación cardiopulmonar (RCP) y el uso de desfibriladores”, destacó Ana Salvati, vicepresidenta de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA). La RCP se aprende en cursos intensivos que duran sólo cuatro horas; pueden hacerse en la Fundación (011-4961-6520).

Saúl Drajer, ex presidente de la FCA, precisó que “de las cuatro causas de muerte por arritmia, hay dos que se solucionan con RCP y medicamentos, pero otras dos, la fibrilación y la taquicardia ventriculares, necesitan desfibrilador”. Salvati destacó que “los desfibriladores automáticos pueden ser usados por legos, pero deben aplicarse en forma inmediata: por cada minuto de demora, las chances de recuperación bajan diez por ciento”. Comentó que “en Estados Unidos y también en Uruguay se ha legislado la presencia de desfibriladores automáticos en shoppings, teatros, estadios deportivos y otros lugares. En la Argentina su difusión es demasiado lenta, pero algunos estadios de fútbol, como el de Boca, ya los tienen y los han usado con éxito”.

Drajer agregó que “en la Argentina hay en desarrollo nuevos programas para smartphones: uno indicará la ubicación del desfibrilador más cercano, y el otro permitirá en la RCP, aplicando el celular sobre el pecho del paciente, monitorear si se está efectuando bien”.