SOCIEDAD • SUBNOTA › MARTA CéSAR, DE LA COMISIóN ORGANIZADORA, HACE UN BALANCE DEL ENCUENTRO
La periodista destaca que hubo una asistencia record pese a los obstáculos generados principalmente por sectores ligados a la Iglesia. Aquí, explica en qué consiste la emergencia declarada en Salta por la violencia de género y las críticas que hacen a la iniciativa.
› Por Sonia Santoro
Desde Salta
Marta César es periodista y una de las integrantes de la Comisión Organizadora del 29º Encuentro Nacional de Mujeres. Tiene años de militancia por los derechos de las mujeres y de experiencia en encuentros, ya que también participó de la organización del anterior que se hizo en Salta en 2002. En estos días se la vio corriendo, hablando, cantando, gritando, resolviendo problemas de último momento. Al final, se hizo un tiempo para hablar con Página/12.
–¿Qué balance hacen de estos tres días de encuentro?
–El balance es más que positivo aún, a pesar de los múltiples obstáculos que hemos tenido, en principio porque sólo a las mujeres se nos puede ocurrir generar este tipo de cuestión cuando no tenemos ni siquiera un peso, no tenemos estructura para llevar adelante acontecimientos como es el Encuentro Nacional de Mujeres, tenemos que decir que es absolutamente positivo.
–¿Qué obstáculos tuvieron?
–De toda naturaleza, desde algunos funcionarios y funcionarias que se han mostrado muy remisos a prestarnos ayuda, porque las ayudas prometidas no llegaron de la manera en que habían sido planteadas o publicitadas. A pesar de los obstáculos más reaccionarios de la sociedad, muy ligados a la Iglesia Católica, el encuentro se hizo y con una asistencia record.
–¿Se confirmaron las 40 mil participantes?
–Están confirmadas. La ciudad estuvo prácticamente tomada por las mujeres. No ha habido una calle, una vereda donde no se viera a las mujeres con sus pañuelos verdes, con sus carpetas del encuentro y con esa alegría tan especial que portan cuando vienen a participar de los ENM. Así que el balance ha sido más que positivo, porque si bien ha habido algunas críticas de algunas compañeras de algunas organizaciones políticas de izquierda, ya se conoce, ocurre en todos los ENM. Justamente este encuentro se caracteriza por el disenso, por el pluralismo.
–Fue parte de la Comisión Organizadora del anterior encuentro que se hizo en Salta: ¿qué cambios hubo?
–El contexto social y político del año 2002 era muy complicado. Pensamos en algún momento que el encuentro no se iba a hacer porque el país estaba incendiado, estaba en ruinas. Para organizar un encuentro de esta envergadura se necesita muchísimo dinero y sobre todo en Salta, que era la primera vez que se hacía, funcionarios y funcionarias no entendían de qué se trataba el encuentro. Bueno, ahora tampoco, pero el panorama era mucho más difícil en esa época que ahora. Y a pesar de eso, el empecinamiento de un grupo de mujeres logró que se nos abrieran algunas puertas. Tengo que decir que hubo menos colaboración del gobierno de la provincia antes que ahora, eso es cierto, pero finalmente el encuentro se hizo. Tuvimos ayuda de la Nación en ese momento y ahora no, probablemente porque no se golpearon las puertas necesarias. Pero sí tenemos promesas desde el gobierno de la Nación para continuar con esto porque ahora tenemos que pensar que se necesitan muchos recursos para imprimir las conclusiones para miles y miles de mujeres. Luego, no tuvimos resistencia en esa época porque los encuentros no se conocían tanto, los sectores conservadores y reaccionarios no estaban tan organizados como ahora. Yo entiendo que otras de las cuestiones que han coadyuvado a generar tanta urticaria es que ha habido desde esa época a ahora una serie de programas de gobierno y de leyes, sobre todo a nivel nacional, que ha generado que los sectores de la sociedad se posicionen de un lado o del otro. Estamos hablando de leyes que todavía, aún hoy a pesar de que llevan más de diez años, siguen generando polémica como la Ley de Salud Sexual y Reproductiva. Porque en muchas provincias todavía no se entregan los insumos, médicos y médicas siguen argumentando objeción de conciencia. Ni que hablar de la Ley de Identidad de Género o el matrimonio igualitario, por ejemplo. Entonces entiendo que ese también ha sido un elemento muy fuerte para generar posicionamientos encontrados frente a estas leyes que hemos ido logrando las mujeres en la última década.
–¿Cuáles fueron las problemáticas más trabajadas?
–Los talleres son el corazón del encuentro, entonces allí han confluido las compañeras de todas las orientaciones políticas, cada una con su postura. Por supuesto que hay talleres más polémicos que otros, como el de aborto, el de mujeres en situación de prostitución, mujer y violencia, mujeres trans también. Pero aplicado a la realidad de Salta nos preocupa mucho el tema de la falta de respuesta en relación con los enormes índices de violencia que se generan aquí en la provincia, tanto es así que Salta figura a la cabeza de la provincia con mayor número de denuncias por violencia de género y por femicidios. Estamos en una provincia de frontera, el tema de la trata es un tema muy pero muy grave. Hay muchas mujeres desaparecidas aquí en Salta, de las cuales no sabemos nada, no ha habido respuestas ni en la Justicia ni en la policía.
–En septiembre el gobierno provincial aprobó la emergencia en violencia de género, ¿cómo evalúan esto?
–Hay compañeras del Frente de Mujeres que llevaron adelante esta campaña y están muy de acuerdo. La Multisectorial de Mujeres de Salta no.
–¿Qué implica la declaración?
–Botones antipánico. La creación de refugios en el norte, en Orán y Tartagal. Y juzgados que atiendan estas denuncias por violencia de género. El tema es cómo van a funcionar los botones antipánico en el Chaco salteño o en el medio de la Puna, donde no hay un destacamento, un centro de salud, un servicio de justicia cerca. Por otro lado, el presupuesto. El gobierno de la provincia asignó 21 millones de pesos para refaccionar dos peatonales de Salta que estaban en excelentes condiciones. Y para atender la emergencia en violencia de género asignó 10 millones. Tampoco tenemos expectativas respecto de los juzgados, porque hay jueces y juezas con una mirada absolutamente machista y patriarcal.
–¿La presencia de tantas mujeres en el encuentro va a impulsar los cambios que se necesitan o va a ser un puntapié inicial para algo nuevo?
–Claro que es un espaldarazo enorme porque estos encuentros visibilizan que somos muchas las mujeres y además todas estas mujeres pertenecen a este espacio tan pluralista, tan democrático y tan diverso, que tienen perspectivas diferentes, pero pueden unirse en algún momento en trabajar por lo mismo, en contra de la violencia hacia las mujeres. Así que sí puede significar un espaldarazo fuerte a lo que las mujeres de distintos espacios y organizaciones venimos trabajando por los derechos de las mujeres. Un puntapié inicial para algo sería, por ejemplo, que el gobierno de la provincia convoque a las organizaciones de mujeres. Hemos pedido audiencias al gobernador y jamás nos recibió.
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