El presidente peruano, Ollanta Humala, asistió a la Cumbre Climática Mundial- COP 20, que se realiza en Lima, junto a sus colegas de Chile, Michelle Bachelet, y de Colombia, Juan Manuel Santos, sus socios en la Alianza del Pacífico. Los tres abrieron la jornada de ayer. El cuarto socio de la Alianza del Pacífico, que reúne a las economías neoliberales de la región, el mexicano Enrique Peña Nieto, llegó más tarde, pero a tiempo para firmar una declaración de esta alianza sobre el tema del cambio climático.

Al hablar de la lucha contra el calentamiento global, el presidente peruano lo comparó con el narcotráfico y el terrorismo. Dijo que el calentamiento global era más grave que el terrorismo y el narcotráfico y que la lucha en su contra debe comprometer a todos porque constituye “una amenaza que puede destruir el planeta”.

Humala habló de “la urgente necesidad de hacer compromisos a escala mundial para enfrentar el cambio climático que amenaza la vida en el planeta” y pidió que se definan “reglas para la convivencia a largo plazo, de las que dependerán las futuras generaciones”. Resaltó el compromiso de los pueblos indígenas con el medio ambiente y la necesidad de tomar su ejemplo, pero lo hizo con menos convicción que la que un día antes había mostrado el mandatario boliviano, Evo Morales.

Humala anunció que el Perú contribuirá con 6 millones de dólares al Fondo Verde, creado para enfrentar el problema del calentamiento global. Minutos después, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ofreció aportar la misma cantidad. Dijo que pensaba anunciar un aporte de 4 millones, pero que el presidente peruano le había subido la valla. La presidente chilena, Michelle Bachelet, no dijo nada sobre este punto. Los países en vías de desarrollo exigen a los países desarrollados mayores aportes al Fondo Verde. Hay países en vías de desarrollo que esperan primero un compromiso claro y sustantivo de los países desarrollados con el financiamiento de este fondo antes de definir sus aportes. Ese sería el caso de Argentina.

Al presidente peruano le recordaron en estos días la notoria contradicción entre sus mensajes ambientalistas dirigidos a los participantes en la COP 20 y las políticas de su gobierno, que significan un retroceso en la protección ambiental y de los pueblos indígenas.

Humala, Bachelet y Santos coincidieron en argumentar a favor de acciones urgentes para detener el calentamiento global y resaltar que sus respectivos países son emisores marginales de los gases de efecto invernadero.

“Este es un momento estratégico para el desarrollo sostenible del planeta. El futuro del planeta depende de los compromisos de los países a nivel global”, dijo la presidente chilena, quien pidió un acuerdo ambiental global “vinculante y aplicable a todos”.