Las Naciones Unidas instaron a los empleadores a dar trabajo a personas con autismo, no sólo por no discriminarlos, sino porque las empresas “se están perdiendo capacidades que se presentan más habitualmente en personas con trastornos del espectro autista, como una mayor competencia en el patrón de reconocimiento y en el razonamiento lógico y una mayor atención al detalle”. Entretanto, “más del 80 por ciento de los adultos con autismo están desempleados”. La entidad internacional destacó trabas como “la falta de formación profesional, el insuficiente apoyo a la inserción laboral y una discriminación generalizada” y formuló un “llamado a la acción de empleadores e inversores para comprometerse en ofrecer oportunidades de empleo a estas personas”. Además, “la estigmatización y la discriminación asociadas con estas enfermedades siguen siendo obstáculos importantes para el diagnóstico y tratamiento”.