SOCIEDAD • SUBNOTA › MUJERES, VARONES Y CAMBIOS
› Por Soledad Vallejos
Hace unos años, mientras cursaba una maestría sobre periodismo digital en Monterrey, Cecilia Boufflet descubrió que una rama del periodismo económico encontraba el filón de público en lo micro. “Nosotros nos matamos por ver si el bono tal o cual tiene 500 millones más o menos, o si la tasa de interés es medio punto más alta o más baja, y la gente no percibe el impacto de eso sobre la vida real. Va a escuchar más si hablás de qué conviene, si plazo fijo o los dólares ahorro. Pero eso está calificado de periodismo menor”, observa, precisamente en los días en que esa rama le resulta tan poco menor, al menos en respuesta de públicos, que ella y Marcelo Elbaum están presentando Las billeteras son de Marte, las carteras son de Venus (ed. Planeta), el volumen que continúa lo que ella empezó en Economía con tacos altos (ed. B).
–¿Por qué pensar las finanzas personales desde las diferencias de género?
–Fue algo que fuimos notando que sucede, que hay una diferencia de agenda entre hombres y mujeres. La agenda de las mujeres sigue vinculada al nido, a la casa, a esa idea de proteger la casa, los hijos, organizar la seguridad del hogar. Para las mujeres, el dinero es seguridad; para el hombre, el dinero está más relacionado con el poder.
–Señalás cambios generacionales al respecto.
–Las generaciones más jóvenes, pienso en los sub-30, tienen una lógica más de pares entre mujeres y hombres, y las mujeres también se sirven del dinero para ejercer poder. La mujer de 30 o menos, que tiene su trabajo, su independencia, que tiene su casa, calcula cómo va a integrar eso con su pareja. Hasta ahora, en las generaciones anteriores pasa que quizás ella gana más que él, pero le busca la vuelta para que socialmente no parezca. Quienes tienen 25, 30 años crecieron en una casa que podría haber sido de clase media acomodada, pero en la cual la crisis se llevó puesta esa realidad. Esos chicos vieron cómo caían patrones tradicionales, llegaron al mundo del trabajo sabiendo que el trabajo no es para siempre. No quieren ser superhéroes como otras generaciones. Los sub-30 no sólo viven con una mujer empoderada, sino que además quieren que esté empoderada.
Por otro lado, no hay sentido común que valga, dice Bou-fflet. La inquietud por cómo cuidar el dinero no surge en las malas, sino todo lo contrario. “Es más exitoso hablar de estos temas cuando la economía crece y está en auge que cuando está en retracción.”
–Es curioso.
–¡Siempre pensé que era al revés! Será que la gente quiere pensar en qué hacer con el dinero cuando siente que tiene oportunidades, y no cuando se quiere proteger porque cree que viene la mala.
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