Jue 30.04.2015

SOCIEDAD • SUBNOTA

Los rescates imposibles fueron reales

Sucedió el domingo pero trascendió ayer: un bebé de cuatro meses, que permaneció enterrado entre los escombros de un edificio durante 22 horas, fue rescatado cubierto de polvo, pero ileso, por miembros del ejército. Sonit Awal, cuyas fotos en brazos de un hombre de uniforme poblaron los medios nepalíes ayer, permaneció casi un día entero enterrado bajo piedras y restos de ladrillos. Los rescatistas fueron alertados por la familia del pequeño, muchas horas después de que el terremoto destruyera su casa en la ciudad de Bhaktapur, el sábado pasado. Inicialmente, los familiares del niño habían intentado extraerlo de entre los escombros por su cuenta, sin éxito. Sabían que el bebé permanecía con vida porque podían escucharlo llorar, de modo que al día siguiente la familia convocó a un equipo de rescatistas, que logró extraer al chiquito de entre un mar de escombros.

Por otra parte, en la noche del martes, tras 82 horas de incertidumbre, un hombre de 27 años fue rescatado de lo que, antes del terremoto, era un hotel.

Rishi Khanal había terminado de almorzar en Katmandú y se dirigía a su habitación, en el segundo piso, cuando el edificio comenzó a zarandearse y, luego, a caer en pedazos. Fragmentos de la mampostería desprendida entonces cayeron sobre él, golpeándolo, y el pie le quedó atrapado entre los restos de la construcción que se desarmaba. Desde entonces permaneció atrapado entre escombros, solo y rodeado de cadáveres. “Tenía alguna esperanza, pero ayer (por el lunes) me había rendido. Las uñas se me pusieron blancas, se me resquebrajaron por completo los labios. Estaba seguro de que nadie vendría por mí. Estaba seguro de que iba a morir”, contó desde el hospital donde fue ingresado tras el rescate.

Su suerte cambió cuando un equipo de rescatistas franceses comenzó a trabajar en la zona donde estaba enterrado y detectó su presencia. “No había sonido alguno alrededor mío. Yo seguía golpeando contra los escombros, y finalmente alguien respondió y vino en mi ayuda. Durante todas esas horas no comí nada, ni tenía nada para tomar, así que bebí mi propia orina”, contó Khanal. “Se siente bien, estoy agradecido por haber sido rescatado con vida”, agregó.

Nota madre

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