Dos chicas y un chico de la ciudad de Villa María de Río Seco, provincia de Córdoba, que cursan en la Escuela de Educación Secundaria Ipeaym Nº 224, contaron que su experiencia con el programa ESI marcó un “antes y un después” en la comunidad escolar. Tobías, Angeles y Florencia tienen entre 16 y 17 años. “Vinimos a exponer proyectos que nos marcaron y que se sostienen”, contó Florencia. “Las temáticas que tratamos son las que más nos tocan: la violencia de género, el abuso de autoridad y el embarazo adolescente. Estas experiencias se mantienen porque sirvieron mucho en la comunidad, los chicos nuevos se van sumando para trabajarlas”, amplió Tobías.

Angeles contó que el trabajo de embarazo en la adolescencia empezó “porque era enorme la cantidad de chicas que aparecían embarazadas. Una embarazada del colegio incluso se sumó al trabajo para darnos una mano y acercarnos al tema. Después de charlar con montones de chicos supimos que la mayoría no se cuidaban, pero no por ignorar los métodos sino porque hay mucho miedo o vergüenza de los jóvenes a la hora de comprar preservativos”. Luego de elaborar el trabajo, los estudiantes expusieron los resultados a la comunidad escolar. “Nos dimos cuenta de que hay mucha invasión a la intimidad de los jóvenes y que se los mira muy mal por comprar algo para cuidarse como un preservativo”, amplió la joven.

Florencia trabajó con su grupo el “abuso de poder. Fue una época en la que se daba un trato muy desigual entre algunos docentes y sus alumnos. Entonces nos pareció que se trataba de una relación de abuso de poder. Trabajamos con docentes y estudiantes. Se trata de un proyecto que también marcó un antes y un después. Terminamos organizando un espacio llamado “nos escuchamos” y logramos aportar a que hayan mesas de discusión entre docentes y estudiantes”, dijo con una sonrisa de satisfacción.

Tobías formó parte de un equipo que trabajó la violencia hacia las mujeres. “Tratamos de realizar diferentes actividades para hacer notar que la violencia no es solo física. Que también existe la psicológica, la sexual y la económica.” Con su grupo, escribieron una obra de teatro donde hicieron “notar las violencias y nos pasó que se dieron muchas discusiones, donde muchos compañeros no creían que ciertas situaciones como por ejemplo leerle el celular a tu novia fueran violento. Fue algo novedoso y que despertó la mirada sobre esos tipos de violencia”.