“Les temo más a los vivos que a los muertos”, afirmó Zunilda, propietaria de una vivienda ubicada justo frente al cementerio de Luján, que por temor a que le saqueen la casa pasó la noche en un sector del camposanto. “En este lugar hace un frío espantoso, pero en mi casa no se puede estar. Trajimos unos sillones para acá y dormimos por turnos de una hora, con la esperanza de que el agua baje. Y con un ojo puesto en los que se aprovechan de este mal momento. Yo, en verdad, hace dos días que no descanso. Por suerte hay buenos vecinos que vienen a ofrecernos comida”, afirmó la mujer que, junto a su familia de siete integrantes, pasó la noche refugiada en el cementerio local.

El río Luján registró una bajante de casi un metro con respecto a la crecida máxima ocurrida en la tarde del martes, cuando llegó a una altura de 5,43 metros. Más de 300 personas siguen evacuadas en 11 centros de alojamiento. Bomberos de la zona dijeron que “los fuertes vientos del Sudeste que se registraron en las últimas horas no afectaron la bajante del río” y destacaron además que “durante la noche hizo mucho frío y los que más sufrieron las bajas temperaturas fueron las personas que están en los techos de sus casas”. Además, las autoridades dispusieron reforzar la seguridad en todas las zonas anegadas y en la terminal de ómnibus porque proseguían los cortes de luz.