Dom 06.12.2015

SOCIEDAD • SUBNOTA  › UN CASO DEL BORDA

Diez en la lupa

› Por Carlos Rodríguez

A cinco años de ocurrida la muerte de Martín Carbonell en el Hospital Borda, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) solicitó que se tome declaración indagatoria a diez profesionales del Hospital Borda, entre enfermeros y médicos, ante las graves irregularidades corroboradas en el caso, luego de una ardua y difícil investigación. Carbonell, de 24 años, murió en noviembre de 2010, luego de un traslado para su atención al Hospital Penna, donde los médicos que lo asistieron denunciaron ante la policía que el paciente presentaba quemaduras “compatibles con el paso de corriente eléctrica”, dato nunca mencionado por los profesionales del Borda. El CELS señaló que es “imposible” que esas lesiones “hayan podido pasar inadvertidas a los profesionales de la salud que revisan a un paciente o que realizan su higiene personal”, como ocurre con el personal médico y de enfermería del Hospital Borda.

El CELS recordó que recién en el cuarto allanamiento al Borda y con nuevas pericias se pudo concentrar información que permite determinar que “los profesionales (del Borda) que intervinieron desplegaron una serie de maniobras, entre las cuales la desaparición de registros se erigió como el centro de la escena, tendientes a ocultar lo que le ocurrió a Matías” entre el domingo 17 y el martes 19 de 2010.

En los puntos centrales del informe, el CELS mencionó en primer lugar que “el traslado compulsivo y violento que sufrió Matías desde el Servicio 25-B hacia el 14-22 en diciembre de 2009 fue inadecuado”. El CELS viene sosteniendo desde hace años que el traslado fue “un castigo” y “el primer paso de un derrotero que deterioró progresivamente el estado de salud de Matías”, que pasó de un lugar donde tenía salidas para estar con su familia, a un sitio destinado a los internos con adicciones.

El CELS sostuvo que está confirmado que “esos hechos influyeron negativamente en la atención durante ese último periodo de internación, en tanto se trató de una derivación a un servicio que no contaba con las condiciones mínimas de infraestructura, higiene y personal, razones por las que fue cerrado tras el dictado de una orden cautelar de la justicia contenciosa de la Ciudad” de Buenos Aires.

En el Servicio 14-22 “Matías recibía medicación por encima de las dosis correctas, sin registro de los controles correspondientes”. Sobre ese punto, el CELS recordó que “veníamos sosteniendo que se le suministraba múltiple medicación psiquiátrica, en dosis muy altas, que no estaba indicada para el diagnóstico que se le había atribuido, lo que solamente podía responder a un fin de sedación y control social” porque Matías había encabezado protestas por mejoras en las condiciones de alojamiento.

Sobre los sucesos que terminaron con la muerte de Carbonell “se refirmó que la medicación psiquiátrica, en la dosis indicada, pudo haberle generado un estado de sedación tal que haya dado lugar a una broncoaspiración de material gástrico”, que fue “la causa que finalmente lo llevó a la muerte”. Los abogados del organismo de derechos humanos consideran que “esta confirmación es un avance sustantivo para la identificación de responsables sobre la muerte de Matías, en tanto permite avanzar con una hipótesis solida sobre los diversos grados de responsabilidad que tienen los profesionales del Borda sobre el grave cuadro que lo llevó a la muerte”.

Sobre las lesiones dermatológicas con las que salió del Borda hacia el Hospital Penna y que fueron “diagnosticadas por profesionales” de ese Hospital General de Agudos como “quemaduras por pasaje de corriente eléctrica, es imposible que hayan podido pasar inadvertidas a los profesionales de la salud que revisan a un paciente o que realizan su higiene personal” en el Borda.

Este dato “es clave porque está probado que maniobras como ésas fueron realizadas la mañana del martes 19 de octubre por profesionales del Borda, pese a lo cual todos niegan haber advertido lesiones de quemaduras y presentaron en los diversos registros una versión falsa de los hechos”. El avance en la investigación alcanzado este año permiten “corroborar con prueba los planteos efectuados desde un inicio por esta querella sobre el particular modo de intervención de los profesionales del Hospital Borda y sus efectos adversos sobre la salud de Matías Carbonell”. La reconstrucción de ese contexto permite plantear hoy “una hipótesis sobre los sucesos de los días 17, 18 y 19 de octubre de 2010, las causas del crítico cuadro con el que Carbonell fue trasladado al Hospital Penna y las responsabilidades individuales de los profesionales del Borda sobre dicho cuadro y, en algunos casos, el resultado de muerte”.

El CELS, como querellante consideró “probado que los profesionales que intervinieron desplegaron una serie de maniobras, entre las cuales la desaparición de registros se erigió como el centro de la escena, tendientes a oculta lo que ocurrió a Matías luego de su reingreso el domingo 17”, de octubre, luego de que regresara de una salida para reunirse con su familia en el Día de la Madre.

La acusación a los profesionales del Borda involucrados es el de haber presentado “una versión falsa de los hechos” para “mantener así la impunidad”. Con esos argumntos se solicitó al Juzgado de Instrucción 38 que se tomen “declaraciones indagatorias a diez profesionales del Hospital Borda, entre ellos enfermeros y médicos, con el objeto de avanzar en la determinación de responsabilidades individuales sobre” lo ocurrido, porque la muerte fue producto de “un largo derrotero de violencia física, verbal y psicológica, que sufrió Matías dentro del manicomio”.

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