Las obras de tres estaciones de esa línea, entre las que se encuentran las dos inauguradas ayer, deberían haber sido terminadas en abril último. El motivo de la demora –que se extendió durante dos años– fue la indefinición por parte del gobierno macrista sobre qué hacer con un problema relacionado al tipo de suelo. Pero la paralización de los trabajos significó, paradójicamente, un suculento beneficio para las constructoras: Página/12 reveló el 7 de septiembre pasado que el gobierno de la ciudad les pagó un 85 por ciento más que el presupuesto original. Es decir, 1700 millones de pesos en adicionales y redeterminaciones de precios.

En un acta acuerdo entre la contratista de las obras de la línea H y el Ministerio de Desarrollo Urbano, el gobierno porteño reconoció las demoras. Y una resolución ministerial otorgó los aumentos. Ni una ni otra fueron publicadas en el Boletín Oficial.

Durante la campaña de 2007 por la jefatura de Gobierno porteño, el actual presidente prometió 10 kilómetros de subte por año, y aclaró que “eso incluye la finalización de la línea H, que debe llegar hasta Retiro. La extensión de la B, y la iniciación de las F, G e I”. Sin embargo, en ocho años de gobierno, inauguró las estaciones de la línea A, H y de la B que ya venían avanzadas de gobiernos anteriores, más las dos obras inauguradas ayer, ocho meses más tarde. En tanto, cerró la línea A durante el verano de 2013 y dejó sin servicio a la línea B durante fines de semanas y feriados desde abril del año pasado y hasta junio de este año para adaptar las estaciones a los vagones que compró en Madrid.

Un informe de la Auditoría porteña, que analiza un acta acuerdo de 2012 entre la empresa y el gobierno porteño y fue publicado en este diario, señala que las obras debían haberse terminado en abril de 2015 para las estaciones Córdoba, Santa Fe y Las Heras, dos de las cuales se inauguraron ayer, ocho meses más tarde de lo pautado. En ese acuerdo de partes, también postergaron para ese año las estaciones Sáenz y Pompeya. El taller de Parque Patricios tendría que haber estado terminado a fines del año pasado.

En tanto, un acta acuerdo entre el ministro de Desarrollo Urbano y las empresas contratadas, Dycasa y Techint, de abril de este año, reconoce que la obra estuvo parada dos años. El documento, que se mantuvo en secreto hasta que fue divulgado aquí, indica que entre el 10 de junio de 2012 y el 16 de abril de 2014 las obras estuvieron frenadas y que la responsabilidad fue de la gestión porteña, por lo que se le reconoció una suma de dinero adicional.

En junio de 2012, las empresas presentaron una alternativa para hacer los túneles, aunque por cuestiones burocráticas la obra se demoró dos años ya que debieron resolver el problema de los suelos. Una vez que se reinició la obra en 2014, tampoco se adelantó demasiado: un año más tarde, la ejecución de los túneles había avanzado un 1,54 por ciento.