En la Argentina, “los médicos somos bastante desaprensivos en el registro de los factores de riesgo coronario”, señala Hernán C. Doval en las conclusiones del Estudio de Prevención Secundaria en la Argentina (Presea) sobre personas que ya han tenido eventos agudos (angina, infarto, angioplastia o cirugía coronaria).
Sucede que, en las historias clínicas, un factor de riesgo importante como lo es el peso corporal “no está registrado en el 70,8 por ciento de los casos”; además, “en el 42 por ciento de los pacientes no se hace constar la historia familiar de enfermedad coronaria en los parientes de primer grado”; la diabetes no se consignó en el 18 por ciento de las historias clínicas, el tabaquismo no fue indagado en el 13,8 por ciento; un factor de tan obvia importancia como la presión arterial no se registró en el 11,3 por ciento de las historias clínicas, correspondientes a 54 instituciones públicas y privadas de todo el país.
Seis meses después del evento cardíaco –según la investigación, que abarcó 2007 casos–, el 46 por ciento de los pacientes no había controlado su presión arterial, el 9 por ciento seguía fumando, el 54 por ciento tenía el colesterol elevado y el 23 por ciento no había controlado su obesidad. Es que, en el país, “el manejo de los factores de riesgo en pacientes con enfermedad coronaria es insuficiente”, concluye el estudio efectuado por la Sociedad Argentina de Cardiología.