El padre Rubén Pardo no es el primer cura de la diócesis de Quilmes denunciado por pedofilia. En el 2000, el sacerdote Héctor Pared fue acusado ante la Justicia. Era director de un hogar para chicos pobres ubicado en Florencio Varela. Lo detuvieron el 10 de enero de 2001. Distintas fuentes consultadas por Página/12 revelaron que en el Obispado de Quilmes se conocía desde hacía tiempo la conducta pedófila de Pared, pero las autoridades eclesiásticas nunca tomaron medidas con él. Pared fue condenado en marzo del 2003 a 24 años de prisión. A los pocos meses murió en la cárcel. Tenía sida.
Por el mismo delito está acusado otro cura de Quilmes, Luis Pezzolo, detenido en septiembre del 2003 en la Obra de Don Bosco, en La Plata. Fue director del colegio Nuestra Señora de la Guarda de Quilmes, hasta que en el 2001 fue desplazado de su cargo por dos denuncias por presunta violación de estudiantes.
Pero el más famoso de los curas acusados de pedofilia pertenece al Obispado de Morón: Julio César Grassi, quien en los próximos meses podría enfrentarse al juicio oral.