SOCIEDAD
• SUBNOTA › HABLA UN MEDICO DEL CENTRO LA PRADERA, EN LA HABANA
“Cuando se fue, estaba bien”
Mientras el embajador argentino en Cuba, Raúl Taleb, juzgó necesario que Diego Maradona retorne “pronto” al centro médico La Pradera, en La Habana, para seguir con el tratamiento que cumplía en la isla desde el 2001, fuentes de la clínica aseguraron que cuando el astro abandonó Cuba a fines de marzo, estaba “bien, sin problemas”, y que las razones de su internación podrían estar en una “crisis emotiva” y en su “exceso de peso”.
El embajador Taleb descartó la posibilidad de que médicos cubanos viajen hacia Buenos Aires para atender a Diego. “Sé que en Argentina está atendido muy bien, no creo que sea necesaria la presencia de médicos cubanos. Sí creo que lo que es importante es que Diego vuelva a La Pradera porque es ahí donde él está muy bien controlado”, afirmó.
“Naturalmente, cada vez que se va de Cuba se siente un poco más libre y probablemente con algún desarreglo haya provocado esto”, especuló el diplomático argentino.
Los médicos de la clínica cubana se preocuparon en aclarar que el ídolo había salido de allí en buenas condiciones. “Maradona salió de Cuba bien, sin tener ningún problema –dijo una fuente de La Pradera citada por las agencias EFE y DPA–. Lo hizo cumpliendo el tratamiento que siempre sigue, aunque claro que hay que tener en cuenta que es Maradona”.
“Yo atribuyo el problema a una crisis emotiva tras el partido al que asistió el domingo. Se trata de un enfermo hipertenso y sigue el tratamiento propio de un hipertenso, aunque él ya no estaba internado en La Pradera, sino que vivía en La Habana como una persona normal”, explicó la fuente. En La Pradera, Maradona era atendido por un equipo médico interdisciplinario que abarca cardiólogos, nutricionistas y psicólogos.
Maradona se fue a vivir a La Habana en febrero de 2001, después de la crisis cardíaca que sufrió en Punta del Este en enero de aquel año, y se recluyó en La Pradera, en el barrio de Siboney, al oeste de la capital cubana, para atenderse de su adicción a las drogas y los consecuentes problemas cardiovasculares.
“Eso sí, Maradona tiene que bajar de peso, la gordura le hace mal. El juega al golf, pero no es un deporte que queme calorías, es sedentario. Maradona extraña a su país, Argentina, pero en Cuba se siente bien, porque lo tratan bien, no lo acosan”, destacó el vecero del centro de atención.
El embajador Taleb precisó que, desde su asunción en octubre de 2003 al frente de la representación diplomática, su relación en Cuba con Maradona fue “prácticamente nula”, pero aclaró que lo considera un “ciudadano ilustre”.
Los medios de prensa cubanos comentaron con reservas la hospitalización del ex futbolista. Diarios y semanarios no informaron ni comentaron sobre la situación de Maradona, en tanto que algunas emisoras de radio se limitaron a leer cables de agencias de noticias para reseñar la situación.
Durante los cuatro años que residió en Cuba, la intimidad y la vida privada de Maradona se mantuvo a resguardo de curiosos, admiradores y de la prensa, y dejaron de darse partes médicos sobre su estado de salud. Esa privacidad de la que disfrutó en la isla fue la que decidió a Maradona a fijar su residencia en ese país. “Cuba es un pueblo digno y eso a mí me ha faltado. Lo único que quiero es vivir tranquilo, estar con amigos. En La Habana tengo la paz que en Argentina no tenía, ni podría tener” había dicho Maradona en marzo en una entrevista.
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