Pese a que no existen datos oficiales, se calcula que la industria hot californiana genera entre 9000 y 13.000 millones de dólares anuales. Las decenas de productoras, ubicadas en el Valle de San Fernando, emplean anualmente unos 1200 actores de forma regular y a otras 300 eventuales. Todas se manejan por normas de “autorregulación”: los actores porno adhieren a sus propios códigos.
Según las cifras no oficiales, el sueldo de un actor de la industria porno puede oscilar entre los 500 y los 5000 dólares por día de trabajo. Todo depende, claro, de lo jugado de las escenas, las horas de filmación y lo reconocidos que sean los actores en el mundo del todo vale.
Pero más allá de las cifras, aún no fue posible medir con exactitud cuáles serán las pérdidas de la industria porno, después de esta cuarentena por los casos detectados de VIH. Sin embargo, todos coinciden en que la suspensión de las filmaciones afectará seriamente la industria, que produce unas 4000 películas anuales.
Las pérdidas también serán sentidas por el actual gobernador de California, el actor Arnold Schwarzenegger, que se esforzó en los últimos meses por agilizar la economía de este estado mediante el fortalecimiento de la industria del cine. Incluso, después de asumir el último 17 de noviembre ante el asombro del mundo, creó una nueva comisión cinematográfica, que cuenta con estrellas hollywoodenses como Dany DeVito y Clint Eastwood, entre otras, para buscar fórmulas que eviten la fuga de los rodajes fuera de California. De todos modos, después de este conflicto, su objetivo comienza a tambalear en la industria porno.
El trabajo de estos artistas es arduo, no cabe dudas. La mayoría trabaja en varias películas al mismo tiempo por semana. Pero hacía tiempo que el sector no atravesaba una situación similar. La última vez que cundió la ola de miedo por la detección del virus fue en 1999, cuando se lo detectó a un actor. El hombre ya no trabaja en el sector. Ninguno de sus compañeros resultó contagiado. Antes de eso, un actor infectó a cinco mujeres en 1998.
Sin embargo, ahora apareció la veta de la conciencia. La productora Jill Kelly, una antigua actriz de la industria que ahora tiene su propia productora con la que realiza entre cuatro y ocho películas al mes, afirmó que “la seguridad viene antes que el dinero”. La difusión de estos casos, sumada a la posibilidad de que aún existan más, estremece a los personajes de la industria. “Es escalofriante”, resumió Mary Carey, una reconocida actriz del mundo porno.