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Confesión de tabacaleras
La industria tabacalera estadounidense reconoció ayer que vende un producto que “provoca la muerte”, aunque rechazó la acusación de haber engañado al público, en la segunda jornada del juicio por 280.000 millones de dólares que comenzó esta semana en Washington. “Se los llame light o con menos alquitrán, no existen los cigarrillos sanos. Vendemos productos peligrosos”, reconoció Ted Wells, abogado de Philip Morris, durante el juicio contra las cinco principales tabacaleras.
El gobierno acusa a los fabricantes de haber defraudado al público de esa nación durante casi 50 años al haber ocultado las pruebas sobre los riesgos del tabaco, de haber apuntado deliberadamente a los jóvenes para transformarlos en adictos y de mentir sugiriendo que los cigarrillos light son más seguros. El dinero reclamado corresponde a la restitución de ganancias del pasado que fueron adquiridas de manera delictiva e ilegal.
Las tabacaleras argumentan que esa cifra podría llevarlas a la quiebra. Los abogados de las empresas tabacaleras no escondieron el hecho de que el producto “es peligroso” y opinaron que deben ser juzgadas por su comportamiento actual y no por el pasado. “Hoy en día cada una de las acusadas le dice al público de una forma clara y sin ambigüedades que fumar es peligroso y causa enfermedades”, agregó el abogado de Philip Morris, la firma que controla la mitad del mercado estadounidense del tabaco.
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