Por L.B.

Cuba está en la boca del Caribe, es un punto de paso en las rutas entre Europa y América latina. Grupos de inmigrantes que querían llegar a Estados Unidos hacían escala en la isla y muchos se quedaban. Chinos que llegaban para trabajar en el ferrocarril, suecos y norteamericanos atraídos por la fertilidad de la tierra, mayas expulsados de México tras la guerra de las castas, judíos emigrados por pogroms y persecuciones dejaron su huella en la historia y la geografía cubanas.
Jaime Sarusky Miller se ha dedicado a investigar sus historias, en especial la de la colectividad judío-cubana a la que pertenece. Ha presentado las conclusiones de sus trabajos en el Baruch College de Nueva York y en el Jewish Community Relations de San Francisco, entre otras instituciones. En el año 2000 Sarusky obtuvo el premio Alejo Carpentier, el más importante de su país, por la novela Un hombre providencial y tiene un largo historial de premios y trabajos literarios y periodísticos.
En el éxodo de los judíos de Europa central hacia América, varios de sus familiares se afincaron en Cuba, menos un tío por parte de madre, que llegó a la Argentina. Las familias perdieron el contacto durante muchos años y volvieron a reencontrarse ahora con Sarusky Miller. La historia de su familia forma parte también de sus investigaciones. En la actualidad, una numéricamente disminuida colectividad de 1500 judíos se mantiene en Cuba, esforzándose por mantener sus creencias en el marco de el contexto del proceso revolucionario cubano.