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De regreso sin escalas
En un vuelo comercial de British Airways, el príncipe Enrique de Inglaterra, conocido como Harry, salió de la Argentina a las 13.20 con destino al Reino Unido, acompañado por dos custodios de Scotland Yard, tras saludar a todas las personas que se le cruzaron en la estación aérea. Tras haber pasado la noche en la Embajada de Gran Bretaña, Harry llegó al Aeropuerto Internacional de Ezeiza una hora antes de despegar, en una camioneta todo terreno, blanca, marca Suzuki, que ingresó directamente por la pista. Con camisa celeste y vaquero azul, el miembro de la familia real británica entró al aeropuerto por la puerta de la Dirección de Operaciones y de allí lo llevaron a la sala de clientes importantes de la Fuerza Aérea, mientras sus custodios hacían los trámites de migraciones y embarque.
El joven de 20 años saludó una por una a todas las personas que se le cruzaron, con lo que volvió a romper con el protocolo y las medidas de seguridad que le diseñaron. Luego se embarcó en la primera clase de la aerolínea para retornar a Londres, tras varios días ajetreados.
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