En la Capital, la seguidilla de secuestros incluyó dos de los denominados express. Con metodologías similares, dos hombres fueron capturados por delincuentes que pidieron un rescate a sus familiares o amigos, y luego los liberaron. El primer caso ocurrió el domingo por la noche en Belgrano y la víctima fue un turista marplatense, que pidió ayuda a un amigo que terminó cautivo junto a él. El otro fue el miércoles en Saavedra, cuando un hombre fue sorprendido por delincuentes y obligado a recorrer varios cajeros en busca de dinero. Antes de liberarlo, lo golpearon ferozmente. Ambos casos fueron caratulados como robo, asalto a mano armada y privación ilegítima de la libertad, aunque en el segundo se agregó la categoría de lesiones.
Eran cerca de las 21.30 del domingo. Un joven de Mar del Plata, que estaba de paso por la Capital Federal, caminaba por el barrio de Belgrano cuando en la esquina de Olazábal y Cazadores fue sorprendido por dos hombres armados. Lo obligaron a subir a un auto BMW y le exigieron que les entregara dinero, que el asaltado no tenía.
Luego, los delincuentes le indicaron que llamara a algún amigo para pedirle la plata, pero el primero con quien se comunicó no disponía tampoco de efectivo. Entonces, tuvo que llamar a otra persona bajo las mismas órdenes y fue conducido hasta la vivienda de este segundo amigo. Al llegar a la casa, los captores decidieron que el amigo se convirtiera también en secuestrado. Este segundo capturado se comunicó telefónicamente con su novia, quien finalmente pactó la entrega de 1.500 dólares para lograr la liberación de los dos secuestrados, que se produjo cerca de Avenida del Libertador y General Paz. Los dos jóvenes salieron ilesos del incidente, tras la entrega del dinero.
El otro caso fue mucho más violento. Ocurrió en la noche del miércoles cuando un hombre –de aproximadamente 50 años– que manejaba su auto por la calle Manzanares, entre Crámer y Conesa, fue interceptado por cuatro hombres armados. Presuntamente, tres de ellos subieron al vehículo y forzaron al conductor a llevarlos por varios cajeros automáticos para extraer dinero. En uno, de Panamericana y Debenedetti, en un centro comercial de San Isidro, pudo retirar 700 pesos.
Pero esto no conformó a sus captores. Se dirigieron entonces hacia la casa de la víctima, ubicada en Zapiola al 3500, para mostrarle a la familia que lo tenían secuestrado. Más tarde, se contactaron telefónicamente con su esposa y le solicitaron una determinada suma de dinero, supuestamente 5.000 pesos. Pero la mujer no llegaba a esa suma. En aquel momento, los familiares habrían hecho la denuncia en la comisaría 35ª.
Con la furia de no conseguir la plata que requerían, los ladrones lo golpearon salvajemente y lo dejaron libre en la zona de San Fernando. El hombre fue más tarde trasladado al hospital Pirovano, en donde quedó internado por heridas de diversa consideración. Resultó el caso más violento.