SOCIEDAD
• SUBNOTA › CIPRIANO REYES, GREMIALISTA
El que “inventó” a Perón
Por C.R.
“Yo hice el 17 de Octubre”. Siempre frontal, desde sus épocas de anarquista, Cipriano Reyes repetía la misma frase, que era como decir que él había inventado al general Juan Domingo Perón y, por ende, al peronismo. Perón y Reyes se habían conocido antes de la fecha histórica. En ocasión de liderar una huelga, en la que hubo violentos enfrentamientos con la policía, a Cipriano lo metieron preso y su hermano hizo gestiones para liberarlo ante la Secretaría de Trabajo y Previsión, que estaba a cargo de Perón. Una vez libre, Reyes fue a visitarlo a Perón quien, se asegura, lo trató con suma cortesía: “Necesitamos hombres como usted”, dicen que el entonces coronel le dijo al dirigente gremial. El idilio duró hasta que Perón ganó su primera elección, después se distanciaron.
Allí surgió la controversia retrospectiva sobre quién había sido la figura clave en el éxito de la movilización a la Plaza de Mayo para pedir la libertad del coronel Perón cuando lo llevaron detenido a la isla Martín García. El propio Reyes mantuvo siempre su versión acerca del trabajo con los obreros de la carne, en Berisso, La Plata y Ensenada. El peronismo oficial, en cambio, sostuvo que María Eva Duarte había motorizado todo. Reyes, en pleno gobierno peronista, insistió en que él había sido el artífice. Afirmó, incluso, que todo se había planificado para el 16 de octubre de 1945, pero luego tuvo que postergarse un día.
“Teníamos cinco mil activistas organizados y cada uno de ellos podía traer a otros cinco, o sea que de partida, contábamos con 25 mil personas dispuestas y a la mitad del camino ya éramos 50 mil”, relató Reyes una y otra vez, hasta su muerte en agosto de 2001, a los 92 años de edad. Después de su ruptura con Perón, el sindicalista denunció que le habían asaltado la sede gremial y que lo habían ametrallado a la salida de su casa.
Reyes fue acusado después de formar parte de un supuesto complot contra el gobierno y fue detenido. Al salir denunció que había sido torturado en la llamada Sección Especial, que funcionaba en la comisaría que todavía hoy está frente al Hospital Ramos Mejía. El coronel Jorge Osinde era el responsable del lugar, según se denunció tiempo después en una durísima sesión del Congreso Nacional con Alfredo Palacios como principal orador.
De todos modos, Reyes siguió adelante. Estaba acostumbrado al combate cuerpo a cuerpo. En Berisso, antes de convertirse en líder del gremio de la carne, había andado a los tiros con los hermanos Peters, que manejaban el sindicato Armour-Swift y estaban alineados con el Partido Comunista. Reyes también había sido testigo de la Semana Trágica de 1919, bajo el gobierno radical de Hipólito Yrigoyen, que dejó un alto saldo de muertos, heridos y encarcelados. Decía que del anarquismo había aprendido a querer los libros y a saber usar una bomba, de ser necesario.
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