Inspectores judiciales detectaron deficiencias en el sistema de extinción de incendios instalado en el penal 28 de Magdalena. Según estimaron los investigadores, esos inconvenientes habrían obligado a los bomberos voluntarios a utilizar solamente el agua de las autobombas para combatir el fuego, por no haber presión en las bocas antiincendio del penal.
Un vocero judicial explicó que “se realizó una inspección ocular en el penal y, en principio, se corroboró que hay anomalías o deficiencias en el sistema eléctrico e hidráulico antiincendio”.
Las fuentes detallaron que las pericias habrían detectado que las bocas antiincendio “no estaban conectadas al sistema eléctrico de bombeo que les da presión para funcionar adecuadamente en un siniestro”. “En principio este sistema no estaría bien, pero esto deberá ser confirmado por peritos de bomberos”, añadieron.
De confirmarse esta hipótesis, el incendio ocurrido en el Pabellón 16 de la Unidad Penal de Magdalena habría sido sofocado únicamente con el agua de las autobombas, ya que la que surte a las bocas no tenía presión.
Los fiscales que instruyen la causa, María Laura D’Gregorio y Sergio Delucis, convocaron además a los peritos de la Gendarmería Nacional, quienes ayer estuvieron en el lugar del trágico incendio.
Las fuentes detallaron que los expertos de Gendarmería recorrieron el Pabellón 16 con equipos de última generación para la recolección de pruebas que les permitan hacer un informe detallado del sistema antiincendio con que contaba la unidad carcelaria.
En tanto, los 22 instructores judiciales de la Procuración de la Suprema Corte de Justicia asignados para la investigación de esta causa continuaron con la toma de declaración testimonial a bomberos voluntarios de Magdalena y guardiacárceles. Con esos testimonios, los fiscales intentan determinar, entre otros puntos, si estaban cerradas las puertas del pabellón 16, donde murieron los 33 reclusos.