“En tres años, la zona comprendida por Cabo Corrientes y Playa Varese va a sufrir una transformación muy importante que significará la recuperación del brillo que tuvo en otras épocas”. Esteban Ramos, tesorero de la Asociación de Balnearios de Mar del Plata y propietario del parador Pueyrredón, en Playa Grande, le dijo a Página/12 que las obras proyectadas en esos dos lugares tradicionales de la ciudad van a comprender “la instalación de balnearios públicos y privados, la apertura de tres bajadas náuticas para propiciar el uso de embarcaciones deportivas y la construcción de edificios importantes, sin modificar en absoluto la actual fisonomía, tanto de Varese como de Cabo Corrientes”. A valores del mes de marzo de 2005, la inversión estimada para la realización de los trabajos era de unos 6,5 millones de pesos “que a la hora de la finalización de las obras seguramente serán algunos millones más”.

“Los trabajos proyectados, que se irán inaugurando en forma pulatina, van a mejorar en forma sustancial todo el sector que va desde el centro de la ciudad hasta Playa Grande. Se van a hacer playas privadas y también algunos paradores públicos. Las obras comprenden la construcción de varios complejos gastronómicos, instalaciones como vestuarios y baños, lugares para el estacionamiento de vehículos y dos o tres bajadas para facilitar las actividades náuticas. Dos de las bajadas van a estar una en el Torreón del Monje y otra en Waikiki. La tercera estará ubicada en la zona norte de la ciudad, en el balneario Padre Cardiel”.

“Los balnearios van a tener el mismo concepto que hoy se utiliza en Playa Grande o en las Playas del sur. Es decir que van a tener lugares destinados a la construcción de piletas cerca del mar, carpas y todo el confort que hoy se requiere. Nosotros no queremos modificar la vista histórica de Varese, aunque se va a construir un edificio importante sobre su espacio verde y sobre la zona de piedra. El edificio va a tener dos paredes de hormigón laterales, va a mantener la estructura de piedra del fondo y la fachada va a ser transparente, de cristal, lo que permitirá que el paisaje siga a la vista de los que pasean por la zona”, aseguró Ramos.

En Cabo Corrientes se hará una construcción que ocupará unos mil metros cuadrados y un nuevo restaurante de más de 200 metros cubiertos. “El edificio con el frente de cristal, tal como lo han diseñado los arquitectos, le va a dar a Varese una presencia imponente”, asegura Ramos. La idea original prevé que la obra estará finalizada para el año 2008, pero “en los años previos se van a realizar inauguraciones parciales”. La remodelación incluirá la construcción a nuevo, manteniendo su estructura original, del Edificio Normandie, ubicado al lado de Playa Grande, que fue famoso en las décadas del ’20 y del ’30, y que desde hace años permanece clausurado, en franco deterioro.

–En algunos lugares como Villa Gesell, se están eliminando los grandes edificios de hormigón, para reemplazarlos por madera. El objetivo, se dice, es evitar la erosión marina y consolidar los médanos. Por lo visto, esa no es la idea que ustedes tienen.

–En los últimos años, en Gesell sobre todo, se han levantado ramblas de madera para tratar de frenar la erosión. Nosotros no entendemos que eso sea necesario en Mar del Plata y pretendemos tener una estructura sólida. Lo único que vamos a tener en cuenta es el paisaje. No hacer construcciones de altura que modifiquen la vista que tienen hoy la zona de Varese y de Cabo Corrientes. Nosotros no estamos en la política de Gesell. En la zona de Mogotes se han modificado algunas estructuras de hormigón que tenían 50 años, pero no es esa nuestra postura. De todas maneras, las nuevas construcciones se van a llevar a cabo sin agredir el paisaje y respetando la ecología. Todas las mejoras que se hicieron en Playa Grande, a partir de 1998, obedecieron a las demandas de los clientes y creo que hoy hemos recuperado el lugar que habíamos perdido.