No es poco lo rescatado: 938.700 dólares, 30.084 euros, 80.315 pesos y 8 kilos en joyas y oros varios, según informó el parte del Ministerio de Seguridad bonaerense. La noticia abrió camino a las expectativas. ¿Podría algún cliente presentarse al banco y reclamar que ese dinero es suyo? ¿A quién pertenece el millón de dólares? ¿La suma se prorratea entre todas las víctimas del robo? ¿O se devuelve por orden de llegada? “Ese dinero no se devuelve –señaló la abogada especialista Nydia Zingman de Domínguez–. Los clientes reclaman en el fuero civil y comercial la devolución de la suma robada más daño moral, psíquico y lucro cesante por el incumplimiento del contrato.”

En realidad, la noticia de la recuperación de parte del botín movió a buena parte de las víctimas a realizar esperanzadas consultas. “No tiene nada que ver –dijo Zingman–. Aparezca o no aparezca el dinero, el reclamo de los clientes es al margen de la causa penal.”

En principio, la práctica con los billetes es diferente a la que se realiza con objetos como joyas. En este último caso, se cita a los presuntos dueños a que reconozcan las joyas de que se trate. El procedimiento no es sencillo, y es posible que por cada joya se presente más de un dueño a reclamarla. Después se irá analizando a quién pertenece.

En cambio, los billetes son considerados como “cosas fungibles, porque son intercambiables –explicó Zingman–. Podría ser que en el caso de tener numerados los billetes pasen a ser objetos particularizados y pueda reclamar esos billetes. Pero no es lo que ocurre en general”.

Por otro lado, “el reclamo del cliente se realiza sobre el incumplimiento del contrato por parte del banco, que se responsabiliza de asegurar el bien depositado. Al no cumplirlo, se inicia un juicio como se lo inicia por el incumplimiento de cualquier contrato. Y no importa si aparece o no lo robado: los bancos son solventes para soportar el pago”.