Hay dos incógnitas respecto de Vittete Sellanes que, al menos hasta el momento, no tienen resolución. La primera es por qué volvió al país. Las hipótesis son las siguientes:

- Su defensa dice que no tenía ningún problema, que no participó del robo y que volvió a presentarse, como todos los meses, ante el juzgado de ejecución penal que supervisaba su libertad condicional.

- Los investigadores no tienen una explicación. Algunos dicen que venía a hacer alguna transferencia del dinero del botín y que por lo tanto llegó a la mañana y se iba a la tarde, según se pudo ver en su pasaje. Que se movió con tranquilidad porque no sabía que tenía pedida la captura nacional e internacional, y por eso lo atraparon.

- No faltan los que afirman que si participó del robo, sabía que le iba a ser muy difícil mantenerse prófugo –ese mismo día salía una comisión policial a buscarlo a Uruguay– y evaluó que lo mejor sería entregarse calculando que no existen demasiadas pruebas en su contra. La versión no parece creíble porque tiene el punto flojo del riesgo: el sujeto no sabía –ni sabe aún– cuánta evidencia tienen los investigadores (ver aparte).

- Otros opinan que su idea era hacer algún trato con los investigadores policiales: darles una parte del botín a cambio de impunidad. La versión tiene como deficiencia que hoy la investigación no está en manos de una sola persona. Participan el subsecretario de Investigaciones del Ministerio de Seguridad bonaerense, Enrique Gallessio, los cuatro fiscales que trabajan en el caso, Jorge Apolo, Eduardo Vaiani y Duilio Cámpora, y el jefe de los fiscales de San Isidro, Julio Novo, varios comisarios, entre ellos Osvaldo Seisdedos y Hugo Fernández, está puesta la atención de los gobernantes, de la prensa y de los ciudadanos. De manera que los arreglos parecen imposibles.

El otro misterio es dónde está la parte del botín que le habría tocado a Vittete Sellanes, si es que participó del robo. Los fiscales tienen acreditado que compró una camioneta Hyundai 0 kilómetro en Uruguay después del asalto e investigan si adquirió varias propiedades en Punta del Este. Su abogado, Jacobo Grossman, afirma que es mentira. Los fiscales dicen que le encontraron cuatro llaves de cajas de seguridad, tres correspondientes a bancos uruguayos y uno de la Argentina. También esta versión es desmentida por su defensor. En verdad sería una ingenuidad insólita si las llevaba encima en el momento de la detención. De todas maneras, hay un manojo de llaves que figura en el expediente y le fueron secuestradas al uruguayo. En todo caso habrá que ver si pertenecen a las cajas de seguridad y si ello es así el gran problema es que en Uruguay hay secreto bancario por lo que no será fácil conseguir que un juez autorice la apertura de las cajas. Los investigadores afirman que no se puede descartar que se haya girado dinero al exterior, pero por ahora no tienen pruebas sobre ese manejo.