SOCIEDAD
• SUBNOTA › MAS CASOS EN BUENOS AIRES, SANTA FE Y RIO NEGRO
Todos ven vacas mutiladas
Los casos se suceden imparables, unos tras otros, en Buenos Aires, La Pampa, Río Negro y ahora también Santa Fe. Ya es imposible arriesgar una cifra cierta de animales mutilados con las extrañas características que se vienen repitiendo en los últimos días. Mientras los especialistas de la Universidad Nacional de La Pampa analizan los restos de cinco animales y esperan el envío de otros dos, los productores quieren sacarse de encima algunos de los fantasmas: un propietario de Choele Choel se comunicó con el Centro Atómico de Bariloche para pedir la realización de los análisis de verificación de radiactividad en el campo donde apareció uno de los casos.
“Entre el miércoles y el jueves se reportaron entre 6 y 7 casos con el mismo tipo de lesiones”, contó a Página/12 Alberto Pariani, docente de la cátedra de Anatomía de la Universidad Nacional de La Pampa. En el laboratorio aguardan la llegada de otros dos cadáveres, procedentes de Salliqueló y Carhué. “Queremos estudiarlos bien, formular alguna hipótesis, para ver si las muertes se deben a esa hipótesis o no”, dijo el veterinario, quien aclaró que es posible que no se llegue a ninguna conclusión y se deba “dar un paso al costado para que otras ciencias se encarguen del análisis”.
A las vacas y caballos se agregan ahora las ovejas. Un cordero fue encontrado en Tres Arroyos seccionado con los cortes ya conocidos, al igual que tres vacas. Además, aparecieron animales mutilados en la localidad de Passman, cercana a Coronel Suárez, en Chasicó –ubicado a 50 kilómetros de Bahía Blanca–, en Saavedra, en Pigüé, en Goyena y en Nicolás Levalle, todas localidades de la provincia de Buenos Aires.
También Santa Fe pasó a engrosar la lista: en la localidad de Moisés Ville, a 170 kilómetros de la capital, fue hallada una vaca que sería el primer caso reportado en la provincia. En Lihuel Calel y Realicó, La Pampa, fueron descubiertas dos vacas, y un caballo en las mismas condiciones apareció en Río Colorado.
En La Pampa, los puesteros que observan algo extraño en los animales muertos lo comunican al veterinario y si el profesional ve que los signos se corresponden con los demás hechos, lo deriva a la universidad. “Necesitamos que el animal esté lo más fresco posible para hacer la necropsia y obtener buena cantidad de datos”, explicó Pariani. Como en muchos de los casos los cadáveres eran de varios días atrás, no todos pudieron ser examinados.
El trabajo de los científicos se dificulta por la psicosis colectiva. “Todos salen al campo ante la mínima sospecha y se reportan muchos casos que no tienen nada que ver”, indicó el veterinario. Es que la preocupación de los habitantes de estas regiones es alimentada por las más variadas hipótesis. Ante la versión de que podría haber elementos radiactivos en las zonas donde aparecen los cuerpos, un productor rionegrino se comunicó con el Centro Atómico de Bariloche a fin de que se encargara del tema. Pero como el organismo no trabaja con muestras biológicas, derivó la inquietud a la Autoridad Regulatoria Nuclear, que podría llevar a cabo algún tipo de estudio sobre el terreno.
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