En las escuelas públicas porteñas, la retención de estudiantes madres o padres no depende de la buena voluntad del colegio: es una política pública. Así lo explica Giselle Tenembaum, responsable del programa implementado por la Secretaría de Educación para darles contención a chicas y chicos en esa situación.
“Lo que se busca es que la maternidad o paternidad no coarte el proyecto de estudio. Es reconocer y fortalecer el derecho a la educación”, señala. Un relevamiento hecho el año pasado en alrededor de 120 escuelas detectó 646 alumnas madres y embarazadas, y 273 alumnos padres.
El programa prevé la capacitación de docentes en cada escuela con esa situación (en la actualidad participan 35 colegios). Esos docentes, en algunos casos junto a los coordinadores del programa, desarrollan el trabajo con los estudiantes: “Se forman grupos de reflexión y talleres con las chicas y los chicos, se trabaja sobre los problemas que presentan ellos mismos, si corresponde se hacen derivaciones a unidades de salud. Y se busca que las ausencias por el parto, por ejemplo, no impliquen la pérdida de materias”, relata Giselle Tenembaum.
En algunos casos, incluso, se implementaron jardines maternales dentro de las escuelas para los hijos de estudiantes. En la EMEM 1 de Retiro funciona uno desde el año pasado. “Ya tenemos 30 chicos en el jardín -cuenta Oscar Cardosi, el director de la escuela–, atendidos por cinco maestras. Y notamos que las estudiantes faltan mucho menos a clase desde que tienen dónde dejar a los bebés.”