“Desde el primer día de nuestra detención, hemos sufrido la falta de un derecho fundamental como es la presunción de inocencia. Como si esto no fuera suficiente, fuimos golpeados, torturados y humillados en comisaría y ahora nos encontramos en prisión preventiva, a la espera del juicio.” Con una carta de puño y letra, enviada a sus familiares, Juan Pinto justificó la decisión tomada, con sus compañeros chilenos Alex Cisterna y Rodrigo Lanza, de comenzar su huelga de hambre el 19 de este mes.

Pinto aseguró que están presos como resultado de “un proceso lleno de irregularidades, tales como amenazas a los testigos o la limpieza del lugar (de los hechos), con la consiguiente destrucción de pruebas”. Los únicos testimonios en contra son los de “tres policías implicados, declaraciones contradictorias, incompletas y parciales. Por esas declaraciones, y sin ninguna otra prueba, nos enfrentamos a penas de entre 10 y 18 años, por algo que no hemos hecho”.

Los dos jóvenes chilenos, Alex y Rodrigo, también denunciaron haber sido víctimas de golpes y torturas. Los tres jóvenes sudamericanos fueron llevados a la comisaría de Les Corts, donde “fueron insultados, golpeados varias veces y donde recibieron tortura psicológica”, denunció María Inés Garrido, la mamá de Juan Pinto. “En el caso de mi hijo, lo llevaron a un cuarto donde fue filmado, desnudo, por un hombre que estaba encapuchado. A Rodrigo y a Alex les decían que había chilenos en España porque el general (Augusto) Pinochet no había hecho bien su tarea en Chile.” Ahora, en la cárcel, “los tratan bien, pero pasaron momentos muy duros”.