“El iniciarse por estar excitado, con ganas, o por curiosidad (motivos centrados en el yo) aparece en general vinculado con una menor adopción de conductas preventivas que si se da como motivo para el debut sexual el estar enamorado o sentir atracción hacia otra persona (motivos centrados en el vínculo)”, apuntó Hernán Manzelli, desde la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos, donde está cursando un doctorado. Manzelli es investigador del Centro de Estudios en Población y autor junto con la socióloga e investigadora independiente del Conicet Edith Pantelides del estudio comparativo sobre el debut sexual en cuatro ciudades latinoamericanas. “Lo novedoso de esta investigación radica en que muestra la importancia de la edad a la iniciación en las configuración de los porqué (motivos) y los con quién (vínculo), y cómo esto influye en la adopción de prácticas preventivas”, destacó Manzelli, al explicar los alcances del trabajo, cuyas principales conclusiones acompañan esta edición de Página/12 (ver nota central).

–¿El tipo de pareja con la que se inician también afecta las conductas preventivas?

–Sí. Aunque en este caso la relación no es principalmente entre vínculo y menor uso de anticoncepción, sino entre vínculo y motivos para cuidarse. Cuando se trata de personas desconocidas o personas en situación de prostitución, el principal motivo para cuidarse es evitar la transmisión de infecciones de transmisión sexual o VIH. Cuando se trata de personas con un vínculo establecido (novias, parejas) el principal motivo es la prevención de un embarazo. Esto lo muestran varias investigaciones.

–¿Cómo influye la presión de los pares a la hora del debut?

–Diferentes intervenciones en distintos países latinoamericanos (por ejemplo en México y en Brasil) muestran que el mismo grupo de pares puede constituirse en un elemento positivo a la hora de brindar a cada uno de sus integrantes contención, acompañamiento y consejo en lo relacionado con la sexualidad (entre otras cosas). Sería interesante que se trabaje con grupos de amigos, es decir, en términos colectivos y no individuales para mejorar las conductas preventivas.

–El estudio da cuenta de varones que debutaron en los ’90. ¿Cree que hubo cambios en la iniciación sexual en la última década?

–Probable existan algunas diferencias en las edades a la iniciación sexual, aunque no creo que sean grandes diferencias: esos patrones no cambian tan rápido. Lo que resulta interesante es que un cambio en las edades a la iniciación probablemente, siguiendo la hipótesis del trabajo, conlleve un cambio en los motivos, en los vínculos, y, más importante, en la adopción de conductas preventivas. Varias investigaciones muestran que la educación sexual suele producir un ascenso en la edad de la iniciación. Justamente, ese ascenso en la edad a la iniciación, sin considerar otros resultados de las intervenciones de educación sexual, puede actuar como un factor que facilite la adopción de prácticas preventivas.