PROPUESTA PARA "CONSOLIDAR EL RUMBO"
Más allá de la deuda
El economista Miguel Peirano presenta una serie de medidas para profundizar el actual modelo cuando, dice, los responsables de la política de los ‘90 “se agrupan para intentar deteriorar el rumbo actual”.
Por Miguel G. Peirano *
Argentina ha demostrado vocación para acordar la reestructuración de la deuda externa y negociar en términos consistentes con el Fondo Monetario Internacional. Fracasada la intención de mantener por décadas intereses usurarios, las asociaciones de acreedores esgrimen ahora argumentos morales y económicos tan hipócritas como carentes de sentido común. Al mismo tiempo, el FMI representa intereses y concepciones ideológicas responsables de nuestra crisis y es evidente que quienes lo conducen son fundamentalistas del neoliberalismo.
Más que analizar sus patéticas autocríticas, debemos entender que la actual función del FMI es intentar limitar las decisiones de gobiernos que expresan el interés general. El FMI apoyó en minutos el intento de golpe al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, demostrando que todos los argumentos técnicos son el velo para sus objetivos políticos.
Así se entienden las dificultades que tiene nuestro país para lograr entendimientos mínimos, pese a que este organismo es responsable central de la política que nos llevó al default y que son evidentes los logros económicos que está exhibiendo la Argentina, con sobrecumplimiento de las metas comprometidas.
Frente a esta realidad no puede dejar de señalarse que nuestra economía puede crecer a tasas significativas, aún frente a conflictos con el FMI.
De todos modos es imprescindible resolver sobre qué estrategia y limitaciones podemos encarar temas centrales, que hacen a la consolidación del esquema económico en marcha. Por tanto, la renegociación de la deuda y la relación con el FMI deben tener un horizonte cierto de definición.
La configuración de un nuevo modelo económico implica distintas etapas, y gracias al crecimiento y la ya consolidada estabilidad macroeconómica, tenemos en el presente margen de avanzar, con mayores grados de libertad, en una serie de lineamientos tendientes a mejorar la distribución del ingreso y aplicar políticas activas de desarrollo sectorial.
En este sentido, debe enfatizarse en el análisis económico una serie de temas:
n Sostener la paridad cambiaria en términos reales como manera de garantizar crecimiento e ingresos fiscales.
n La posibilidad de concertar una recomposición de ingresos en el sector privado y concentrar los esfuerzos fiscales en estimular en forma directa la demanda (evitando presiones para volver a propuestas “ofertistas”, como sucedió en los ‘90).
n Creación de un Banco de Inversiones, al estilo del Banco de Desarrollo de Brasil.
n Avanzar en reformulaciones al sistema privado de jubilaciones de manera de inducir mayores inversiones en el sector de la economía real.
n Consolidar el Mercosur, planteando como estrategia de negociación la necesidad de cupos permanentes en sectores sensibles.
n Fuerte política de blanqueo de personal en base a incentivos y sanciones (por ejemplo, inducir el blanqueo inmediato de personal sin pagar cargas por un determinado plazo y al mismo tiempo agravar sanciones y controles).
n Gravar la renta financiera y las ganancias especulativas, tendiendo a reducir las cargas sobre los bienes de la canasta familiar.
Pronósticos catastróficos como la hiperinflación, el descontrol cambiario, el supuesto veranito, el promocionado colapso energético han quedado sepultados, tanto por la falta de veracidad de quienes lo señalaban como por capacidad de respuesta de quienes ejecutan las políticas de gobierno. Ahora gran parte de los responsables de la política de los ‘90 se agrupan para intentar deteriorar el rumbo actual.
Profundicemos el debate económico entre quienes, aun con visiones muy disímiles, han demostrado coherencia, consistencia profesional y vocaciónpor el interés común, en lugar de representar privilegios económicos específicos.
* Economista.