Dom 12.12.2004
cash

PAULO SKAF, LIDER DE LA PODEROSA INDUSTRIA PAULISTA

“Entre nosotros no hacen falta las salvaguardas”

El titular de la Federación de la Industria del Estado de San Pablo rechazó la pretensión de Roberto Lavagna de imponer restricciones dentro del Mercosur. Plantea, en cambio, acuerdos para crecer juntos.

Por Alejandro Bercovich

El empresario textil Paulo Skaf asumió tres meses atrás como presidente de la poderosa Federación de la Industria del Estado de San Pablo (Fiesp) en medio de una interna encarnizada, similar a la que dividió a la UIA en los últimos dos años. Pese a su buena llegada al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, el jefe patronal paulista no se priva de cuestionar en duros términos decisiones oficiales como el otorgamiento a China del status de economía de mercado. En una entrevista con Cash, Skaf rechazó la iniciativa argentina de imponer salvaguardas para proteger el mercado interno del ingreso masivo de productos brasileños, y negó que su país ofrezca mayores incentivos a la industria que la Argentina.
¿Por qué criticaron la declaración de China como economía de mercado?
–Fuimos y seguimos siendo muy críticos porque China no es una economía de mercado, sino una economía estatizada con precios artificiales y muy bajos. Nuestra posición es contraria a esta decisión, que dificulta la posibilidad de que nos protejamos del dumping de productos chinos. Ellos están interesados en colocar en nuestros mercados productos industriales, de alto valor agregado y con mucha mano de obra.
¿Qué sectores o qué intereses cree que convencieron a Lula y a Kir- chner de que otorguen a China ese status privilegiado?
–Ningún sector. Esta fue una decisión gubernamental, tomada a puertas cerradas sin consultar a la sociedad, a la industria ni al Congreso.
¿La Argentina es igual de vulnerable que Brasil a una eventual “invasión” china?
–No tengo la menor duda. Antes nosotros podíamos probar que había dumping comparando los precios de exportación chinos con los de terceros países, pero ahora la comparación tendrá que hacerse con los propios costos chinos, que son artificiales. Y esto condiciona tanto a los brasileños como a los argentinos.
Entonces, ¿puede coordinarse una política de protección común entre los dos países?
–Lo primero que tendríamos que hacer las clases empresarias argentinas y brasileñas es buscar unidas con nuestros gobiernos la posibilidad de revertir esa decisión. Lo que fue firmado fue apenas un memorándum de entendimiento que incluye otros ítem que podrían ser atendidos. Podríamos pedir más tiempo para su implementación mientras se pide información a la OMC sobre los progresos chinos. Esta cuestión no se puede decidir aisladamente porque perjudica los intereses de la industria del Mercosur.
¿Por qué cree que los empresarios argentinos no se oponen a esta medida con el mismo énfasis que ustedes?
–Bueno, ésa es una pregunta para los empresarios argentinos. Pero cuando estuve el mes pasado cenando en la Cancillería argentina sentí por parte de ellos una gran preocupación y un gran descontento con esta decisión del gobierno argentino. Esa fue por lo menos mi impresión.
Algunos industriales argentinos reconocen que la influencia y el poder de los brasileños son muy superiores a los de ellos. ¿A qué se debe esa diferencia?
–No creo que sea tan así. Nos entendimos muy bien con los empresarios que participan del Consejo Empresario Brasileño-Argentino. Lo importante es que la relación es muy fluida entre nosotros y con los gobiernos. Este es un muy buen momento para que salgamos juntos al mundo y no nos sigamos desgastando con peleas entre nosotros.
¿Aceptaría un esquema de salvaguardas al interior del Mercosur, del estilo del que propuso el ministro Lavagna?
–Si tuviéramos salvaguardas al interior del Mercosur, no estaríamos teniendo Mercosur. Tenemos que discutir salvaguardas contra China y no entre nosotros. Entre nosotros no hacen falta salvaguardas.
¿Por eso fue tan duro en la negociación con los textiles antes de asumir en la Fiesp?
–No, la negociación fue dura pero bien concluida, tanto que en el 2004 no hubo ningún conflicto. Hubo un buen entendimiento. Nosotros ahora no queremos hablar más de conflictos porque la Argentina está creciendo y tiene su industria trabajando a plena capacidad. Por eso tenemos que ver cómo incentivamos inversiones y nuevos acuerdos comerciales para crecer juntos.
¿Usted invertiría en la Argentina?
–Recientemente varios amigos míos compraron fábricas en la Argentina. Tengo varios conocidos que están aprovechando oportunidades allá. El pueblo argentino es muy competente, tiene historia y merece respeto. Lógico que invertiría en la Argentina.
De todos modos es claro que en Brasil hay más beneficios y menos impuestos para las empresas.
–¿Usted dice que aquí se cobran menos impuestos? La carga tributaria en Brasil es 38 por ciento del PIB y en la Argentina es el 19. ¿Cómo que acá se cobra menos impuestos?
Hay estímulos a distintos sectores, créditos a tasas subsidiadas.
–No hay estímulos a ningún sector. Además el tipo de cambio en la Argentina está a 2,94, y en Brasil a 2,70. Y las cargas patronales son casi el doble. ¿De qué incentivos estamos hablando?

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