JEROME BOOTH, DE ASHMORE INVESTMENT MANAGMENT
“El problema es político”
CASH EN GRAN BRETAÑA:
El director de investigaciones de uno de los principales fondos de inversión británicos expresa el pensamiento de la city londinense sobre la situación argentina.
Por Marcelo Justo
Desde Londres
Jerome Booth es director de Investigaciones de Ashmore Investment Managment, un fondo especializado en deuda de mercados emergentes que mueve más de 1000 millones de dólares. La compañía tuvo una importante presencia en Argentina hasta poco antes del fin de la convertibilidad. Frente a la renuncia de Jorge Remes Lenicov y la posterior crisis de gobierno de esta semana, Booth señaló a Cash que “el dinero fresco del FMI no va a solucionar los problemas de Argentina; incluso puede postergar las reformas estructurales que el país debe hacer”.
¿Qué reformas estructurales tiene que hacer Argentina?
–Tiene que reformar su estructura fiscal, en especial la relación entre el Estado federal y las provincias. El sistema actual de transferencias a las provincias estimula el despilfarro y la irresponsabilidad. El problema es político. Todo el sistema político gira en torno de la relación con las provincias.
¿No se está demonizando a las provincias en su conjunto cuando el grueso del déficit fiscal se concentra en dos: Buenos Aires y Córdoba?
–En el corto plazo eso puede ser cierto, pero a largo plazo hay que crear una nueva estructura fiscal en la relación con las provincias. Este es el problema central. No se puede gastar más de lo que se recauda. De modo que las provincias tendrán que hacer un ajuste fiscal. No hay manera de evitar el dolor de un ajuste.
Ese es el remedio que se intentó en los últimos años con poco éxito. ¿No es lo prioritario plantearse una estrategia de crecimiento económico?
–Estoy de acuerdo con su análisis pero me temo que algunos problemas no tienen solución. Y lo cierto es que en el mediano plazo las perspectivas no son alentadoras. No hay una solución rápida de los problemas argentinos. Es inevitable que haya fuertes despidos en el sector estatal para resolver la crisis. La recesión se profundizará, con o sin acuerdo con el FMI. Por eso, es importante aprovechar la crisis actual para realizar los cambios necesarios. Pero no pienso que esta sea la actitud del gobierno o de la clase política.
¿Cree posible un acuerdo con el FMI?
–Las negociaciones con el FMI se han complicado por las propias divisiones internas del Fondo. En este momento hay una lucha por el poder entre Horst Köhler, que representa la posición europea, y la número dos, Anne Krueger, que representa al Tesoro estadounidense. La misión de Anoop Singh es una muestra de esta lucha. Singh responde directamente a Anne Krueger, algo sin precedentes en la historia del FMI. Más allá del resultado de esta lucha, que enturbió un poco el problema, no hay que esperar grandes desembolsos del Fondo. El dinero fresco que aporte el FMI será insuficiente para solucionar los problemas de Argentina y estará atado a condiciones muy estrictas, que pueden hacer caer el acuerdo en cualquier momento.
¿Qué escenario se abre entonces?
–Yo creo que si no consigue un acuerdo, Argentina estará peor. Pero también se profundizará la crisis, si llega a un acuerdo y no lo cumple. Esto podría disparar hiperinflación, una erosión del ahorro, caída de bancos, fuertes tensiones sociales y, en definitiva, el final del gobierno. A mi juicio, lo mejor sería que hubiera elecciones y un nuevo gobierno capaz de tomar las decisiones necesarias.
¿No se debería intentar un camino heterodoxo, de estímulo a la demanda?
–El problema ya no es el modelo económico. El problema es que se gasta más de lo que se recauda.
¿Qué margen de maniobra tiene el Gobierno en una negociación con el FMI?
–Por el lado del FMI y sobre todo del Banco Mundial, el principal temor es que Argentina no pague su deuda con esos organismos. Por eso podemos esperar un acuerdo suficiente para cubrir esa deuda, pero no mucho más queeso. El temor del Banco Mundial es que como banco sólo está capitalizado en un dos por ciento. La fuente de financiamiento del banco es la emisión de bonos con una calificación crediticia AAA. El problema es que si hay un default importante, las agencias crediticias podrían bajar esta calificación y se incrementaría el costo de financiamiento del Banco Mundial, poniendo en entredicho su capacidad de competir en el mercado crediticio y de ser un prestamista de última instancia. De ahí que haya un aliciente para el Banco y el FMI para seguir prestando a Argentina y para que Argentina pueda seguir pagando.
La percepción en Argentina es que el Gobierno cede a cada nueva imposición del FMI. ¿No debería utilizar el peligro de un default como herramienta de negociación?
–Esta puede ser la percepción en la Argentina pero lo cierto es que el FMI quiere mucho más: está buscando una solución definitiva al problema fiscal. En última instancia, Estados Unidos estaría dispuesto a dejar que Argentina declare un default con los organismos crediticios antes de darle más dinero sin que haya reformas.